Para que la combustión del motor sea eficiente, es importante que la mezcla de aire y combustible esté correctamente equilibrada. En este proceso, el sensor de temperatura del aire de admisión juega un papel clave, ya que mide con precisión la temperatura del aire que entra en el motor y envía esta información a la centralita para ajustar la mezcla de forma óptima.
Este sensor ayuda al motor a funcionar de manera más eficiente, adaptando la cantidad de carburante necesaria en función de la temperatura del aire. A continuación, explicamos cómo funciona, dónde se encuentra y qué señales indican que podría estar fallando.
¿Qué es el sensor de temperatura del aire de admisión y para qué sirve?
Este componente, también conocido como sensor IAT (Intake Air Temperature), mide la temperatura del aire que entra en el sistema de admisión del motor. Su función principal es enviar esa información a la ECU (unidad de control del motor), que ajusta en tiempo real la proporción aire-combustible para una combustión eficiente.
Además de influir en el rendimiento general del motor, el sensor IAT también tiene impacto en el consumo de combustible, en el arranque en frío y en las emisiones contaminantes.
¿Dónde se encuentra el sensor IAT?
La ubicación del sensor de temperatura del aire de admisión puede variar según el modelo y el diseño del vehículo. Las ubicaciones más comunes incluyen:
- Dentro del colector de admisión.
- Integrado en el sensor MAF (Mass Air Flow), especialmente en modelos recientes.
- Cerca del filtro de aire.
- En la carcasa del acelerador.
Aunque su ubicación varía, la función que desempeña es siempre la misma: proporcionar datos precisos sobre la temperatura del aire para que la ECU actúe en consecuencia.
Síntomas de un sensor IAT defectuoso
Un fallo en este sensor puede afectar directamente al funcionamiento del motor. Algunas señales comunes de avería son:
Luz de advertencia del motor encendida
Si la ECU detecta valores anómalos, activará el testigo de fallo motor en el cuadro de instrumentos.
Pérdida de potencia y aceleración
Un sensor que envía lecturas incorrectas puede provocar una mezcla pobre o rica, reduciendo el rendimiento del motor.
Problemas de arranque en frío
El sensor IAT influye en la mezcla inicial cuando se arranca el motor. Si falla, pueden surgir dificultades para arrancar, sobre todo en ambientes fríos.
Ralentí inestable
Una mezcla mal ajustada puede causar vibraciones o inestabilidad al mantener el coche en ralentí.
Aumento del consumo de combustible
El exceso o defecto de carburante provocado por lecturas erróneas puede disparar el consumo de forma notable.
Problemas con la válvula EGR
Una lectura incorrecta de temperatura puede interferir en el funcionamiento de la válvula EGR, aumentando las emisiones contaminantes.
La importancia de un sensor IAT en buen estado
El correcto funcionamiento del sensor de temperatura del aire de admisión garantiza un motor más eficiente, menos contaminante y con un rendimiento óptimo. Afecta directamente al consumo, la potencia y la capacidad de respuesta del vehículo.
Por eso, ante cualquier síntoma de fallo, es recomendable acudir a un taller para comprobar el sensor y sustituirlo si es necesario. Un mantenimiento adecuado de este componente puede evitar averías mayores y alargar la vida útil del motor.