Se esperan nuevas subidas del precio de los combustibles

Las petroleras españolas no descartan nuevos aumentos de sus tarifas en los próximos días. La situación internacional sigue presionando al alza los precios y no parece que vaya a cambiar en breve

Los precios de las gasolinas no se contienen
Los precios de las gasolinas no se contienen

Todas las fuentes del sector aseguran que sus márgenes comerciales reducen sensiblemente la competitividad de las petroleras. Repsol, principal actor del mercado español, indica que el no poder ajustar sus precios a los que realmente impone el mercado supone para sus arcas unas pérdidas de 100.000 millones. Las petroleras no han podido subir los precios todo lo que desearían para no disparar la inflación. El Gobierno les ha pedido contención y ahora dicen que ya no pueden seguir así, porque su posición internacional se debilita.
Para redondear la sensación de intranquilidad, Enrique Gómez-Reyna, director general de Hidrocarburos, aseguró ayer que los impuestos que se pagan por las gasolinas (60 por ciento de su precio) aún se pueden subir sin que el consumidor sufra en exceso. También dijo que lo mismo se puede hacer con el alcohol y el tabaco. España recaudó el año pasado 1,5 billones de pesetas por los impuestos de los combustibles.
Ante estas declaraciones de Gómez-Reyna, el Gobierno se ha apresurado a tranquilizar a la opinión pública. Su portavoz, Josep Piqué, ha querido dejar claro que no se aumentará la carga fiscal de la gasolina. También recordó que si no se hubiese liberalizado el precio hace más de un año, las tarifas actuales serían entre seis y ocho pesetas más altas. En la misma línea, Rodrigo Rato, ministro de Economía en funciones, subrayó que no espera una subida de los precios y que la competencia en el sector funciona perfectamente. Salía así al paso de las voces que señalan a un supuesto oligopolio de facto entre Repsol, Cepsa y BP como causante de la tensión. Aznar, por su parte, se ha limitado a recetar la liberalización industrial como algo necesario para poder reducir la presión de los precios. El presidente del Gobierno en funciones recordó que esta situación no se debe al número de petroleras que operan en España, sino al precio del petróleo en los mercados internacionales.
Mientras esto pasaba en España, en Estados Unidos ha empezado a cundir la alarma. Las reservas son bajas y el precio del barril de petróleo de Texas, referencia en aquel país, no deja de subir. Ayer lo hizo casi medio dólar más y cerró su cotización a casi 32 dólares. El presidente Clinton se muestra preocupado por la situación y sigue presionando a sus aliados del Golfo Pérsico, Arabia Saudí y Kuwait, para que obliguen a la Opep a derogar su política de reducir la producción para forzar al alza los precios. La Opep tiene una reunión decisiva el próximo día 27 en Viena. En ella, se debería llegar a un acuerdo para vender más petróleo y estabilizar las tarifas en torno a los 24 dólares por barril, donde estaría su equilibrio. Aun así, falta mucho petróleo en el mercado como para que esta situación llegue pronto.
En Estados Unidos la gasolina también cuesta más de lo normal, lo que ha provocado manifestaciones de camioneros ante la Casa Blanca pidiendo a Clinton que haga algo. El Senado estadounidense también lo reclama. El Gobierno del país ha anunciado medidas reductoras del precio en los próximos días, una de ellas puede ser que Alaska deje de exportar el petróleo que produce. Ese crudo se desviaría al consumo interno y se paliaría un poco la escasez. Tampoco faltan voces pidiendo la puesta en circulación de las reservas estratégicas de petróleo.