¿Qué medio de transporte contamina más? Coche, autobús, avión, barco…

Con los coches diésel y gasolina en el punto de mira, elevamos nuestra mira a otros medios de transporte que también contaminan. ¿Cuál de ellos perjudica más al medio ambiente?

¿Qué medio de transporte contamina más? Coche, autobús, avión, barco… | Fotos: Cordon Press/iStock
¿Qué medio de transporte contamina más? Coche, autobús, avión, barco… | Fotos: Cordon Press/iStock

El foco de atención, el objetivo de la diana... en los últimos meses ha estado puesto, con bastante crudeza, en el automóvil y sus niveles de contaminación a la atmósfera. Sí, es cierto que todo motor diésel y gasolina contamina, especialmente los vehículos más antiguos; los más modernos cuentan con la tecnología necesaria para reducir su huella todo lo posible, pero nunca es suficiente para las restrictivas –y es cierto, necesarias– leyes anticontaminación.

Pero, ¿se está siendo injusto con el automóvil? Depende del punto de vista desde el que lo mires: está claro que si lo comparamos con otros medios de transporte que son mucho más contaminantes y que no sufren tal persecución, podríamos contestar que sí, que se está tratando de forma desproporcionada, en concreto frente a aviones y cruceros.

La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha elaborado un gráfico en el que podemos comprobar la huella de CO2 de cada medio de transporte; en concreto, los gramos de CO2 que corresponden por pasajero y por kilómetro en cada uno de los medios de transporte principales, y que son causantes del efecto invernadero. Lo analizamos.

¿Qué medio de transporte contamina más? Coche, autobús, avión, barco…

Huella de contaminación (AEMA)

Cuánto contamina un coche respecto a un avión

Según datos de Urban Science y Aniacam, en España circulan unos 30 millones de vehículos entre turismos, furgonetas, camiones y autobuses. Sin duda, son uno de los focos más importantes de contaminación atmosférica en Europa, como refleja el estudio de AEMA: 68 gramos de CO2 por pasajero y kilómetro los autobuses, 72 gramos de CO2 las motocicletas, 104 gramos los turismos y 158 gramos las furgonetas.

Miramos ahora a cifras de AENA: en España, el año pasado operaron más de 2,1 millones de vuelos. Su huella según el gráfico de AEMA es de 285 gramos de CO2 por pasajero y kilómetro, contando que en cada avión hay una media de 88 pasajeros a bordo. Es decir, el pasajero de cada avión implica un rastro de contaminación que casi triplica a la de “un pasajero y medio" de media que viajan en el coche.

En el otro lado de la moneda, en la de los medios de transporte menos dañinos con la atmósfera, están… ¡caminar! y la bicicleta, que no emiten ni un solo gramo de CO2 a la atmósfera. Del tren se refleja una huella de 14 gramos de CO2 por pasajero y kilómetro; los datos de Renfe hablan de más de 488 millones de pasajeros en un año contando todas sus líneas.

Otros estudios recalcan la importancia de rebajar esta huella de contaminación con algunos gestos. Por ejemplo, evitando conducir vehículos con solo un pasajero en el interior (el conductor solo, obviamente) y evitando coger el avión, apostando en su lugar por el tren, el autobús o el coche compartido. Según los expertos en la materia, según refleja msn.com, en un trayecto de 1.000 kilómetros la huella de una sola persona en el coche sería de 250 kg de CO2; si se realizase ese trayecto en tren o coche compartido, la huella sería de 50 kg por pasajero.

¿Qué medio de transporte contamina más? Coche, autobús, avión, barco…

¿Qué pasa con los cruceros?

Aunque no salgan reflejados en el anterior estudio, sí que merece la pena sacar a colación el tema de los cruceros, cuyo nivel de contaminación también es elevadísimo, mucho más de lo que esperamos y seguro que mucho menos de lo que en realidad sabemos con certeza. Para ello, rescatamos el último estudio de la organización Transport & Environment (T&E) sobre el impacto de los cruceros que navegan por las costas europeas.

Para comparar sus cifras con la de los vehículos, aquí tenemos que hablar de niveles de NOx (óxidos de nitrógeno) emitidos a la atmósfera; a diferencia del CO2 y el efecto invernadero, el óxido de nitrógeno causa problemas de salud en las personas. Pero aquí también se habla de las partículas, también nocivas para la salud, y de CO2.

El estudio habla de 203 cruceros (y no entran en la ecuación los barcos de carga o pesqueros) en las aguas y costas europeas durante el pasado 2017: en este período, emitieron en torno a 155.000 toneladas de NOx, lo que significa el 15 por ciento de los niveles de NOx emitidos por todo el parque automovilístico de Europa en ese año. Súmale a todo esto la emisión de 10.000 toneladas de partículas y más de 10 millones de toneladas de CO2.

Para poner punto y final y la última cruz a los cruceros en materia de contaminación, de lo que sí es el auténtico rey este sector es de los niveles de contaminación de los óxidos de azufre (SOx), causantes de la acidificación de la tierra y del agua, así como de causar un riesgo de salud para el ser humano. Tan solo la compañía Carnival Corporation, que engloba a varias empresas, emitió casi 10 veces más de SOx que el total de los 260 millones de coches de la Unión Europa, Islandia, Noruega, Montenegro y Groenlandia.

España ocupa el triste primer puesto de país europeo con mayor exposición a los efectos causados por los cruceros, mientras que dos de sus ciudades, Barcelona y Palma, encabezan el ranking de ciudades europeas más contaminadas por la presencia de cruceros en sus costas y puertos.

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