Ivalo (Finlandia) podría ser el escenario de cualquier película sobre la Guerra Fría. A un paso de Rusia y bordeando el Círculo Polar Ártico, allí uno espera encontrarse a un secuaz del “Doctor No" sacando misiles de algún camión. Sin embargo, por las carreteras apenas se ve gente: la baja temperatura y el medio metro de nieve a los lados de la vía no invitan a salir de casa. De vez en cuando, te puedes encontrar con alguien paseando al perro: ¡Y va con esquís!Los quitanieves no paran de pasar, pero los conductores hacen caso omiso. Viéndolos conducir, con una soltura pasmosa sobre el hielo, puedes pensar que todos son primos del mismísimo Mika Hakkinen, aunque –claro- todos los coches allí llevan neumáticos de clavos. Ivalo era el lugar elegido por Volvo para la “última puesta a punto" de sus nuevos modelos. Se presentaban en sociedad el XC90 con el motor V8 y el V50 T5 AWD y, para demostrar las virtudes de sus sistemas de tracción, nada de conferencias y dossieres de prensa: llegaba la hora de ponerlos a prueba bajo las condiciones más extremas. Comenzaba uno de los anuales Winter Tests (ahora denominado Winter Challenge) de la compañía.El Ice Track: un gran anillo de hielo pulido nos espera. Tiene un diámetro de unos 300 metros y caminar por su superficie es una misión imposible, pero no conducir, siempre que estés presto a contravolantear. El control de estabilidad y de tracción no paran de entrar en funcionamiento y el testigo luminoso que nos indica su presencia no deja de parpadear. En este escenario de mínima adherencia, también se puede estudiar la geometría de las suspensiones. El 50x1000: tenemos frente a nosotros una gran recta. Bajo su apariencia de gran alfombra blanca adivinamos varios firmes: asfalto roto, nieve, hielo... Estamos en la línea de salida y sólo tenemos una instrucción: “Gas a fondo". Esta prueba resulta fundamental en los Volvo que analizamos, ya que la marca asegura que acaba de desarrollar un nuevo sistema ideal para controlar las salidas rápidas y las arrancadas del coche en terreno deslizante. Braking: después de acelerar, llega el momento de frenar en seco. El protagonista –cómo no- es el ABS. Esta prueba se suele realizar en un trazado de distintos firmes (algunos lo denominan “Chessboard", porque recuerda a un tablero de ajedrez). Traction: esta vez, nos toca contravolantear sobre nieve. Resulta muy interesante ver las diferencias entre realizar el recorrido con las ayudas eléctricas conectadas y desconectadas. ¡Cómo cambia la cosa! Te ofrecemos la posibilidad de comprobarlo con tus propios ojos: no te pierdas el vídeo que te ofrecemos junto a estas líneas. Slalom: una recta y varios conos en zigzag. Una actividad que hemos realizado cientos de veces, pero –ahora- nos tocaba probar nuestra pericia sobre una auténtica pista de patinaje. Lane Change: por si todavía no habíamos entrado en calor, nos quedaba afrontar un pequeño recorrido lleno de curvas, chicanes y rectas. Sólo con ver el trazado uno se puede marear, pero, además, bajo nuestras ruedas se alterna la nieve, el hielo y el asfalto. Llega la hora de controlar que la parte trasera del coche no adelante al morro. La jornada no ha terminado. Abandonamos nuestro campo de entrenamiento para afrontar las carreteras secundarias de la recóndita Ivalo. Atravesamos cientos de kilómetros por zonas donde no ha pasado un coche en días: abrir aquí una gasolinera, ciertamente, no es un negocio rentable. En algunos tramos, la vía apenas tiene tres metros de ancho y por las ventanillas podemos comprobar cómo nos sumergimos en una especie de túnel de nieve. Nieve, nieve... la traicionera nieve. Hay que andarse con mil ojos, porque no se sabe en qué momento nos sorprenderá una curva. Ni siquiera los límites de la carretera están claros: si pisas un poco el borde, seguramente te sumerjas en un auténtico colchón blanco (como les ocurrió a los compañeros que nos precedían; en la foto).Hakkinen, Kankkunen, Makinen, Ari Vatanen... En fin, que ya no nos sorprende que Finlandia sea la cuna de tantos y tan buenos pilotos.
Pruebas extremas
Círculo Polar Ártico, desierto de Arizona, sur de Marruecos, cima de Sierra Nevada... Allí donde creas que es imposible que nadie circule, te puedes encontrar un “mulo", un coche camuflado. Vente de espía con nosotros a las pistas de prueba más extremas de las marcas.







