Opel, obligada a reducir costes

No sólo DaimlerChrysler está planteando polémicos recortes de gastos en Alemania. Ayer, la estadounidense General Motors, matriz de la germana Opel, anunció que la marca europea debe reducir costes en el Viejo Continente.

Las excelentes ventas del nuevo Astra (160.000 unidades desde el inicio de su comercialización, en marzo) no son suficientes para General Motors, que obligará a Opel a reducir gastos en el Viejo Continente. El presidente de la sección europea, Carl-Peter Forster, ha anunciado que los costes laborales deben bajar, al menos, 100 millones de euros cada año. Forster ha indicado que los gastos unitarios en las fábricas germanas deben retroceder en un porcentaje de dos dígitos. Asimismo, ha reconocido que “aún no sabe en qué forma afectará este recorte a los 32.000 empleados de Opel en Alemania". En principio, se ha mostrado contrario a un pacto que garantice los puestos de trabajo.No es el único problema que acucia a la industria automovilística del país, sacudida por fuertes tensiones. Ayer, los empleados de Mercedes-Benz se manifestaron contra el plan de ahorro de DaimlerChrysler, que ha amenazado con trasladar la producción del Clase C a factorías más baratas si los sindicatos de la sede (situada en Sindelfingen) no aceptan un recorte de 500 millones de euros anuales en costes laborales.Esta fábrica podría perder hasta 6.000 puestos de trabajo, por lo que sus operarios no han tardado en movilizarse. Más de 20.000 empleados de la planta participaron en la protesta de dos horas convocada ayer, apoyados por otros 50.000 trabajadores de las factorías de la marca en toda Alemania. Sólo en Sindelfingen, dejaron de producirse 800 vehículos.“Hemos ofrecido una disminución de hasta 200 millones de euros, pero no quieren negociar, ya que ése no es el verdadero objetivo: quieren atacar de muerte la negociación salarial", ha explicado el miembro del comité de empresa Erich Klemm. Las críticas se han centrado en el “despotismo" del plan de recortes, calificado de “inmoral" por el jefe del sindicato IG-Metall en Baden-Württemberg.

Por su parte, el presidente de la patronal de la industria, Kannegiesser, ha reiterado que la petición de Mercedes es “completamente legítima, ya que, sin competitividad, no hay empleo". El próximo 20 de julio se reiniciarán las negociaciones. Mercedes Car Group, que produce las marcas Mercedes, smart y Maybach, emplea en toda Alemania a 160.000 personas y reporta los mayores beneficios a DaimlerChrysler. En 2003, el consorcio ganó 5.700 millones de euros. Mercedes aportó 3.100 millones. Además, las últimas cifras de ventas están aumentando gracias a las nuevas firmas, después de unas pérdidas del 5,5 por ciento en el primer semestre de este año.En las últimas semanas, la industria automovilística alemana ha intentado que sus empleados renuncien a algunos derechos adquiridos o que acepten ampliar, de forma gratuita, su semana laboral, que pasaría de las 35 a las 40 horas semanales.

Hasta ahora, los problemas se habían solucionado mediante la automatización (con el riesgo de deslocalización que esto suponía) o con contratos menos gravosos. Sin embargo, las marcas –y, especialmente, los fabricantes de componentes- han visto cómo se reducían sus márgenes de beneficio. Así, han vuelto a pedir a sus empleados que trabajen más horas, algo que ya han aceptado los operarios del proveedor Robert Bosch y que, en breve, podría proponerse también en Volkswagen y Continental.