En otoño de 2015 la industria del motor fue testigo de uno de los mayores escándalos de todos los tiempos: el Dieselgate. La principal compañía automovilística envuelta en este suceso de grandes dimensiones fue el Grupo VW, un hecho admitido por algunos de sus máximos responsables y constatado por diversas investigaciones independientes posteriores (Leer artículo: ¿NOx engañan? VW y otros fabricantes, ¿en el punto de mira?).
En aquella ocasión se demostró que millones de vehículos diésel del gigante alemán utilizaban un dispositivo añadido o ilegal, una especie de software, que se activaba justo en el momento en que se realizaban las pruebas de emisiones de NOx. Este dispositivo sólo estaba activo en el modo de prueba y el resto del tiempo se desactivaba, de tal forma que dicho software se empleaba para falsificar las emisiones.
Pues bien, casi 9 años después una nueva investigación de la ONG Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT) sospecha que la mayor parte de marcas de automóviles continúan empleando dispositivos similares a los que en su día utilizaron las marcas del Grupo Volkswagen.
Según la investigación de esta ONG, el 77% de las pruebas realizadas a los coches diésel más nuevos (norma Euro 6), y el 85% de los de gasóleo de los Euro 5, —vendidos entre 2009 y 2019— registran niveles de emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) “sospechosos” por encima del límite legal, mientras que el 44% de los test registra resultados “extremos”.
La Justicia ha dictaminado en varias ocasiones que la utilización de dispositivos añadidos o de otro tipo de software para falsear las emisiones en los momentos en los que se hacen los test de prueba resulta una actividad ilegal. Al respecto, dos sentencias del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) emitidas en 2020 y en 2022 dictaminaron que estos dispositivos están prohibidos.
En el estudio de ICCT se han analizado un total de 220 coches diferentes. Tras analizar y evaluar los datos recopilados, en 119 de los 124 coches diésel Euro 5 que han participado en el estudio y en 90 de 95 de vehículos diésel Euro 6 se registraron niveles sospechosos en al menos uno de los test realizados.
Según ICCT alrededor de unos 19 millones de vehículos diésel, que aún están en circulación, han podido estar utilizando dispositivos ilegales para falsear las emisiones en la UE y en Reino Unido. ¿Y en España? Los cálculos realizados estiman en unos 1,9 millones de vehículos.
La exhaustiva investigación de ICCT ha tenido en cuenta las pruebas realizadas por organismos oficiales (pruebas de laboratorio y en condiciones reales realizadas por los diferentes gobiernos) y varios tipos de test independientes (con pruebas en condiciones reales realizadas por empresas independientes y mediciones realizadas por investigadores independientes de cinco países europeos).