Llevamos años denunciándolo y lo habrás visto en tu propio ordenador de viaje: coches que compramos y que homologan, pongamos 5,0 l/100 km, pero que, en la práctica, no vemos nunca a diario que bajen de 6 ó 7 l/100 km. No, no es que nos mientan, es que las homologaciones en laboratorio nada han tenido que ver nunca con la realidad, y los coches siempre han consumido mucho más en las calles y carreteras de lo que anunciaban.
Desde hace años, la Comisión Europea lucha contra este fenómeno para tratar de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE, de la que el transporte por carretera se estima que es responsable de aproximadamente una quinta parte. El resultado ha sido mayores controles, un nuevo método de homologación (la norma WLTP) y pruebas, supuestamente, más próximas ya a un uso real de los coches. Pero ni con esas…
El consumo real de los coches es un 20% mayor que el oficial, según la UE
Un nuevo estudio de la Comisión Europea ha revelado en las últimas horas que el consumo real de los vehículos es hasta un 20% todavía superior al oficial. ¿Y cómo han sacado este dato? Muy sencillo: aprovechando los datos recopilados por organismos de distintos países que, como las ITV en España, ya tienen en sus inspecciones obligatorias una nueva función para recoger datos anónimos a través de nuevas lecturas de los puertos de serie de los sistemas de diagnóstico a bordo (OBFCM) y que habrás comprobado cómo han conectado en la última revisión a tu coche.

Estos datos extraídos de tu vehículo son enviados por las ITV al Ministerio de Industria y Turismo, y de aquí pasan ya directamente a la Comisión Europea, que acaba de presentar con ellos su primer informe sobre la aplicación del control de las emisiones de CO2 de los vehículos en el mundo real. Y los datos no son realmente demasiado positivos.
El intento de conseguir que los valores oficiales de emisiones de CO2 de los vehículos sea lo más parecido posible a las emisiones reales de los coches de momento ha fracasado. Y es que, según este informe, de momento las diferencias siguen cifrándose en hasta un 20 por ciento, teniendo en cuenta la media observada entre las emisiones de CO2 y el consumo de combustible real extraído, y el reportado en los documentos oficiales de los vehículos nuevos matriculados en 2021 en la UE.
Los vehículos híbridos enchufables, los más señalados
Estos primeros datos han demostrado que, en el caso de los vehículos de gasolina, la diferencia ha sido de hasta el 23,7% superior en los datos reales (34,6 gramos de CO2 por kilómetros), mientras que en los vehículos diésel se ha reducido al 18,1 por ciento (27,8 g de CO2/km de diferencia).
La mayor diferencia, en todo caso, la ha constatado la Unión Europea en los vehículos híbridos enchufables, modelos que rebasaron hasta en 3,5 veces de media las emisiones de CO2 reales frente a las homologadas oficialmente, es decir, 100 g de CO2/km. La Comisión Europea ha denunciado por ello que “estos coches no están aprovechando actualmente su potencial, en particular porque no se cargan y no se conducen de forma totalmente eléctrica con la frecuencia que se debería”. Este problema, dice la UE, puede ser causado en parte también por la falta de infraestructura de carga.

Gran diferencia con los coches SUV y de alta gama
La Comisión Europea del mismo modo resalta la “amplia diferencia” que hay en el caso de los vehículos más pesados, como los tipo SUV y los coches de lujo y alta gama, cuyas emisiones son ya “significativamente mayores” que las de otros automóviles del mercado. Estas diferencias, subrayan desde la UE, “podría agravar los efectos de las tendencias observadas en el parque automovilístico, en el que el tamaño y el peso medios de los vehículos han aumentado, reduciendo los efectos de las mejores en la eficiencia del combustible”, advierte la propia CE.
La Comisión Europea concluye su informe asegurando que, “aunque estos primeros datos aún no son lo suficientemente amplios o representativos como para extraer conclusiones firmes, sí proporcionan una valiosa información preliminar sobre las emisiones de los automóviles, en cuanto a cómo se comparan las emisiones de CO2 oficiales de homologación y las reales entre los distintos tipos de vehículos y fabricantes”.