Las sanciones de tráfico son herramientas legales utilizadas por la Dirección General de Tráfico (DGT) para penalizar conductas indebidas al volante. Dentro de estas, existen las multas coercitivas, un tipo de sanción que busca obligar al infractor a cumplir con determinadas obligaciones legales mediante la coerción.
A diferencia de las multas convencionales, que castigan infracciones cometidas en la vía, las multas coercitivas no penalizan una acción en sí misma, sino el incumplimiento de un deber legal. Estas sanciones pueden acumularse de forma reiterada hasta que el infractor cumpla con la exigencia establecida.
¿Qué son las multas coercitivas?
Las multas coercitivas son sanciones impuestas para forzar a un conductor a cumplir con una obligación administrativa que ha ignorado, sin que esto implique una infracción penal.
Su finalidad no es tanto castigar económicamente, sino presionar al infractor para que regularice su situación. Estas multas pueden aplicarse varias veces sobre una misma persona hasta que se cumpla con el requisito exigido.

Principales características de las multas coercitivas
- Son reiterativas: Si el conductor no cumple con la obligación, la multa se aplicará de forma periódica.
- Pueden aumentar progresivamente: La cuantía de la sanción puede incrementarse si la falta persiste.
- Tienen un carácter preventivo: Su objetivo es disuadir al infractor para que regularice su situación.
- No sustituyen la obligación: Aun pagando la multa, la persona sigue estando obligada a cumplir con el requerimiento.
Ejemplos de situaciones que generan multas coercitivas
A continuación, algunos casos en los que se pueden imponer este tipo de sanciones:
ITV caducada
Si un vehículo circula con la ITV caducada, el conductor puede recibir una multa convencional. Si, tras la sanción, no realiza la inspección en el tiempo establecido, se le impondrán multas coercitivas de manera reiterada hasta que regularice la situación.
Vehículos abandonados en la vía pública
Dejar un coche en la calle sin retirarlo, entorpeciendo el tráfico o afectando el entorno urbano, es motivo de sanción. En estos casos, el propietario es exhortado a retirar el vehículo y, si no lo hace en el plazo indicado, comenzará a recibir multas coercitivas periódicas.

No realizar reparaciones obligatorias tras un accidente
Si un coche ha estado involucrado en un siniestro y la DGT determina que debe pasar una ITV extraordinaria para certificar su seguridad, el propietario está obligado a cumplir con la revisión. Si ignora esta orden, podrá recibir multas coercitivas hasta que haga la inspección correspondiente.
¿Cómo funcionan las multas coercitivas?
El proceso para la imposición de una multa coercitiva se desarrolla en tres etapas:
- Notificación oficial: La administración comunica al conductor la obligación pendiente y le da un plazo para cumplirla.
- Primera sanción: Si el conductor no regulariza la situación en el tiempo establecido, recibe la primera multa coercitiva.
- Sanciones sucesivas: Si el incumplimiento persiste, se aplican multas adicionales, con posible aumento en la cuantía.
En casos extremos, si el infractor sigue sin cumplir con la obligación, las autoridades pueden adoptar medidas más severas, como la inmovilización o el embargo del vehículo.
Consejos para evitar multas coercitivas
Para evitar este tipo de sanciones, sigue estas recomendaciones:
- Mantén tu documentación al día: Mantén al día la ITV, el seguro del coche y los impuestos de circulación.
- Atiende las notificaciones: Si recibes un aviso de la DGT o el ayuntamiento, actúa de inmediato para evitar sanciones acumulativas.
- Realiza las inspecciones necesarias: Si tu coche debe someterse a una ITV tras un accidente o por requerimiento de las autoridades, agenda la revisión sin demora.
Las multas coercitivas son una herramienta de presión utilizada por la DGT y otras administraciones para garantizar el cumplimiento de ciertas obligaciones legales. A diferencia de las multas convencionales, no sancionan una infracción de tráfico, sino el incumplimiento de un deber, y pueden acumularse de forma progresiva.
Para evitar problemas, lo mejor es cumplir con las normativas de circulación y mantener toda la documentación de tu vehículo en regla. Evita sanciones innecesarias y conduce con responsabilidad.