2016 ha sido un año muy trágico en las carreteras españolas. Según los datos facilitados por la DGT, el año pasado murieron en accidentes de tráfico un total de 1.160 personas, lo que supone 29 fallecidos más respecto a 2015 (un incremento del 2,6 por ciento más).
Si analizamos el recorrido histórico de los últimos años, 2016 es el primer año de los últimos en los que la siniestralidad sube respecto al año anterior. Hay que remontarse a 2003 para encontrar algo parecido, un año realmente nefasto en las carreteras con 5.399 fallecidos.
Los datos oficiales los ha facilitado el propio director General de Tráfico, Gregorio Serrano. El total de accidentes mortales producidos en las carreteras españolas durante 2016 ascendió a 1.038 (15 más que en 2015), mientras que 5.067 personas necesitaron ingreso hospitalario (una subida del 4,2 por ciento).
Causas de los accidentes de tráfico
Desde Tráfico apuntan a la distracción como la principal causa de los accidentes viales (en un 28 por ciento de los casos, según los datos de 2016). La segunda causa según los atestados de la Guardia Civil ha sido la velocidad inadecuada (presente en el 21 por ciento de los accidentes).
Por su parte, en los distintos controles realizados por los agentes de la agrupación de tráfico de la Guardia Civil, el número de personas que ha dado positivo por drogas también ha crecido.
Por meses, marzo fue el que experimentó mayor crecimiento de víctimas mortales, con 20 más respecto a marzo de 2015. En el lado contrario, encontramos septiembre como el mes en el que más se redujeron los fallecidos (con 25 menos que el mismo mes de 2015).
Más viajes por carretera y mayor número de coches
Gregorio Serrano ha señalado que en 2016 el número de desplazamientos realizados en las carreteras españolas creció un 5 por ciento, mientras que el parque automovilístico (número total de coches) creció en cifras netas casi en 700.000 coches.
Frente a todos estos datos negativos, el máximo responsable de la DGTseñala la necesidad de realizar un paquete urgente de medidas -incluso, hace unos días se habló de un pacto de Estado-.
Los radares no funcionan
A lo largo de los últimos años, la presencia de radares de velocidad en las carreteras españolas no ha parado de crecer. Sin embargo, con la implantación de este tipo de dispositivos disuasorios no se ha conseguido rebajar el número de accidentes de tráfico. Muchas asociaciones de automovilistas y conductores consideran que muchos de estos radares se colocan por fines recaudatorios y no con un fin real de bajar la siniestralidad. Como podéis comprobar, la polémica sobre los radares de velocidad en las carreteras va para largo, un tema del que se sucederán noticias durante los próximos meses.
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