Mitsubishi paraliza su plan de recuperación

El plan que Mitsubishi había establecido para dar un giro a sus cuentas ha tenido que posponerse debido a los malos resultados del fabricante japonés en Estados Unidos. Las pérdidas en este país ascienden a los 420 millones de dólares (376 millones de euros) y han sido causadas por los préstamos concedidos a los compradores norteamericanos.

Rolf Eckrodt, director ejecutivo de Mitsubishi en Estados Unidos, ha afirmado que la transformación de la rama norteamericana de la compañía (que incluiría un cambio entre los altos cargos), significa que el plan para devolver la salud financiera a la marca no finalizará en el plazo establecido: marzo de 2004. Así que ha tenido que ser paralizado.

“Ahora mismo, estamos definiendo cuánto nos retrasará el resultado de nuestra división estadounidense". Los analistas estiman que la demora podría ser de uno o, más probablemente, dos años. Este anuncio supone una nueva herida en los planes de Jürgen Schrempp, director ejecutivo de DaimlerChrysler (consorcio que posee un 43 por ciento de la automovilística japonesa), quien pretende crear con todas las marcas del grupo un fabricante de vehículos global al que le gusta referirse como “Welt AG" (“Mundo AG", en alemán).Sin embargo, las relaciones entre las compañías que integran el consorcio no están en el mejor punto para crear este mega-constructor. DaimlerChrysler ha pedido 120.000 motores Diesel a Volkswagen, con los que equipará a los Chrysler y a los Mitsubishi destinados al mercado europeo. Mercedes, que forma parte del grupo liderado por Schrempp, podría haber provisto de mecánicas de gasóleo a la empresa, pero ha afirmado que carecía de la capacidad suficiente para su fabricación.

Por si esto fuera poco, DC ha pasado por alto las “joint-ventures" realizadas desde hace una década en China con Mitsubishi y ha elegido los vehículos Mercedes para ser promocionados en el país asiático.

A pesar de todo, el grupo trata de acometer su integración, como demuestra el proyecto de un pequeño vehículo que construirán Chrysler y Mitsubishi. Sin embargo, Schrempp nunca ha intentado esconder que no se hará con el total de la automovilística nipona hasta que el beneficio operativo de ésta se estabilice y su deuda sea eliminada. Los problemas de la firma japonesa en Estados Unidos alejan todavía más en el tiempo esta posibilidad.