El relanzamiento de la firma Mini (ver precios y datos técnicos de los coches de Mini) ha supuesto para BMW una de las operaciones comerciales más fructíferas de su historia. El año 2001 llegaba al mercado el Mini desarrollado por BMW y desde el principio obtuvo un extraordinario éxito comercial. Seis años más tarde, en 2007, aparecía la segunda generación del Mini y se mantenía en producción hasta 2013. Denominada internamente como R56, esta introducía muchas mejoras a todos los niveles, además de una estética ligeramente renovada. La novedad más importante, sin duda, era la llegada de una nueva gama de motores fruto de la colaboración entre BMW y el Grupo PSA. Mucho más ligeros, potentes y eficientes, los nuevos motores conseguían mejorar notablemente las cualidades dinámicas del Mini y especialmente en las versiones Cooper S y JCW (John Cooper Works).
Los Mini Cooper S se ofrecían en un principio con 175 CV, si bien años más tarde, ya en 2010 se declaraban 184 CV, lo que se conseguía gracias a ligeros ajustes en la gestión electrónica del motor y puesta a punto. En el caso del Mini Cooper John Cooper Works JCW la potencia aumentaba hasta 211 CV y si bien el motor era básicamente el mismo, contaba con una "respiración" optimizada gracias a un caudalímetro de nuevo diseño, escape especial y filtro de aire más grande. La presión de sobrealimentación también aumentaba de 0,9 a 1,3 bar, mientras que para garantizar la fiabilidad, también disponía de pistones especiales y válvulas de admisión reforzadas. Tanto el Mini Cooper S como el John Cooper Works JCW se ofrecían con caja de cambios manual o automática, si bien esta última no tuvo demasiada acogida, entre otras cosas porque no encajaba bien con la personalidad del coche y tampoco resultaba demasiado satisfactoria en conducción deportiva.
En la segunda generación (2007-2013) del Mini, el chasis de los Cooper S y JCW recibía nuevos reglajes a nivel de bastidor, con los que se mejoraba el confort, también se conseguía un comportamiento más civilizado, sin apenas perder agilidad, especialmente en el caso del JCW, que se mostraba especialmente eficaz en los trazados más sinuosos. En cualquier caso, se trata de dos coches con mucho encanto que además ofrecen mucha diversión a los mandos; resultando incluso más satisfactorios en lo que a disfrute se refiere que los modelos actuales. Porque si bien son más potentes, prestacionales y confortables, también resultan bastante más pesados –en torno a 100 kg- y tienen un comportamiento mucho más civilizado y a todos los públicos.
La oferta en el mercado de segunda mano de los Cooper S es bastante amplia en nuestro país, no tanto en los John Cooper Works JCW, dado que su difusión ha sido mucho menor.
Los precios no son baratos, pero por poco más de 10.000 € se pueden encontrar en el mercado unidades del Cooper S en buenas condiciones y con menos de 100.000 km en el marcador. Por norma general y al tratarse de coches de capricho, es habitual que el estado sea bastante bueno. Son muchas las unidades con el libro de mantenimiento al día y son precisamente estas las que más interesa comprar. Los coches más caros, la mayoría pertenecientes a la versión JCW pueden rozar los 20.000 €, pero en general se trata de unidades casi de reestreno, con muy pocos kilómetros y de los últimos años de producción.
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