Se acabó. El auge de los fabricantes chinos de coches y su tremenda irrupción en el mercado de automóviles europeo ha terminado por generar la reacción de los organismos públicos comunitarios para frenar una tendencia que va cada día a más, con el incremento continuo de ventas de coches asiáticos eléctricos que se comercializan a precios mucho más competitivos que sus homólogos europeos. Hasta ahora reacios a intervenir con medidas que siempre se ha considerado que atentan contra el libre negocio, las consecuencias que empieza a crear en nuestra industria han obligado a actuar.
Así, la Comisión Europea confirma que sus investigadores se preparan ya para viajar a China con el objetivo de comprobar y determinar si los fabricantes de automóviles del país tienen o no ventajas injustas. Según un informe publicado, esta investigación arrancará en las próximas semanas y afectará a algunas de las marcas más importantes del país y que más vehículos exportan a mercados internacionales.
Las marcas chinas que van a ser ya investigadas
Pero, ¿cuáles son estos fabricantes? Según la información difundida ya en la Unión Europea, actualmente tres son los grandes grupos automovilísticos que están en el punto de mira de las autoridades comunitarias: BYD, Geely y SAIC. Sin embargo, y en contra de lo esperado inicialmente, los investigadores europeos no parece que vayan a visitar a otros fabricantes que operan y producen en China a pesar de no ser marcas locales, y que también podrían estar beneficiándose de las ventajas de producción que se dan en el país asiático.

En este último caso hablamos, por ejemplo, de Tesla, Renault y BMW, con plantas e instalación en China, pero que aparentemente van de momento a escapar de las investigaciones de la Unión Europea. Una investigación que ahora se ha revelado que ha sido impulsada por la propia Comisión Europea para detectar si los vehículos eléctricos fabricados en el gigante asiático obtienen por parte de su estado subsidios estatales que les dan ventajas económicas injustas a la hora de fijar precios minoristas en Europa sobre marcas europeas que no reciben este tipo de ayudas estatales.
La investigación, según los primeros informes publicados, se puso ya en marcha el pasado mes de octubre con la intención de resolverse en el período máximo de un año. Cuestionarios de las autoridades comunitarias habrían sido ya enviados a los fabricantes chinos, que habría respondido ya a las cuestiones preguntadas por la Comisión Europea. Ahora, la investigación final iría encaminada a comprobar sobre el mismo terreno si las respuestas son reales o no.

A China, sin embargo, no le ha sentado nada bien esta investigación abierta en el seno de la Unión Europea, ya que su exportación crece cada año en el mercado europeo. Según un último informe de Reuters, las ventas de coches fabricados en China representan ya hasta el 8 por ciento de las matriculaciones de todos los vehículos de la UE, un número que está previsto que aumente ya hasta el 15 por ciento en 2025.
A pesar de que marcas como BMW, que fabrican también en China, no están interesados en que se lleven a cabo estas investigaciones, otras, como las del grupo Stellantis francés advierten continuamente de la amenaza que suponen las marcas chinas. Carlos Tavares, su máximo responsable, asegura que, por ejemplo, un MG4 eléctrico puede costar hasta un 20 por ciento menos que sus coches equivalentes fabricados en Europa, que no pueden competir contra esta marca. Veremos finalmente en qué queda todo este conflicto industrial.