Madrid instala balizas flexibles para aislar el carril-bus

La "Operación Cono" iniciada las pasadas Navidades para aislar el carril bus de la capital ha dado un nuevo paso: nueve meses después, el Ayuntamiento de Madrid comienza a instalar las primeras balizas flexibles. La calle Princesa ya cuenta con estos pivotes de goma, cuyo precio ronda las 4.000 pesetas la unidad.

El Ayuntamiento de Madrid ha dado un nuevo paso en su campaña para "salvar el carril-bus", un proyecto que ha motivado más de una discusión política, ha levantado ampollas en la oposición y ha traído de cabeza a los consejeros de tráfico durante nueve meses.

Los conos instalados en Navidad dieron paso a los denominados "ojos de gatos", unas señales luminosas instaladas en la calzada, y ahora la nueva apuesta del equipo de Álvarez del Manzano son las balizas flexibles de goma.

Desde la pasada madrugada, la calle de la Princesa ya cuenta con 110 de estos pivotes que, cada cuatro metros, protegen cerca de medio kilómetro del carril bus que transcurre entre la plaza de España y la calle Serrano Jover. Su precio, cerca de 4.000 pesetas la unidad. Eso sí, el Ayuntamiento espera abaratar su coste cuando los saque a concurso público.

Además de evitar la invasión de este carril por parte de los particulares, estas balizas han sido diseñadas para proteger a los motoristas. Atornilladas al suelo en cuatro puntos, miden 35 centímetros y están construidas con un plástico flexible que permite abatirlas en todas las direcciones y, gracias a unas aberturas en su parte superior, si pasa un vehículo pesado, se aplastan completamente para volver a recuperar su posición original.

Esta misma mañana el concejal de Movilidad Urbana, Sigfrido Herraéz, se ha acercado a la zona para comprobar su funcionamiento. Según Herraéz, la circulación en este punto se realizaba "sin problemas", por lo que en "quince días o un mes" se instalarán en otras vías de la ciudad.

9 meses para pasar del cono a la baliza
Antes de las vacaciones de Navidades, el Ayuntamiento de Madrid sembraba de conos la ciudad y ahora, cuando la gente empieza a volver de las vacaciones de verano, ha comenzado a instalar las primeras balizas flexibles para separar el carril-bus. En total, 9 meses y la solución todavía no es definitiva: el equipo de Álvarez del Manzano estudiará este sistema durante otros dos meses.

En diciembre, los conos de plástico sirvieron, además de para asegurar un rato de diversión a aquellos que se dedicaban a aplastarlos, para ver cómo se debería aislar dicho carril. Luego llegaron los "ojos de gato" y, al igual que en las pistas de los aviones, se delimitaron las calles más céntricas de la ciudad. Esta última medida no ha quedado descartada y en los próximos días también se instalarán en Serrano, pero, eso sí, debe abaratarse su coste, ya que por cada una de estas luces el Ayuntamiento desembolsa 50.000 pesetas.

Elegir las balizas tampoco ha sido sencillo y han tenido que desechar varios modelos. Al final se ha elegido los cilindros de goma diseñados por una empresa catalana, pero se ha acordado que deben recortarse en 20 centímetros. Las próximas medidas que se barajan son la creación de más carriles bus a contramano y el aumento de vigilancia policial.