Desde hace varios meses ya se están haciendo muy populares entre los conductores franceses de numerosas ciudades de nuestro país vecino. Hablamos de los nuevos y casi desconocidos radares “Medusa”, dotados con una tecnología de lo más sofisticada para sancionar un tipo muy específico de infracciones.
El nombre de “Medusa” con el que se apoda coloquialmente a este nuevo tipo de radar proviene precisamente de la forma exterior que tiene este nuevo aparato. Dotado con hasta cinco micrófonos y con una fisonomía muy similar a la del citado animal marino (perteneciente al grupo de los Cnidarios), es capaz de detectar el nivel de ruido de los vehículos que circulan por algunas calles. Según las informaciones de las autoridades francesas que ya están empleando estos nuevos radares de ruido, permiten identificar y escanear todo tipo de sonidos hasta diez veces por segundo.
Estos nuevos radares “Medusa” o de ruido también están dotados de una cámara de tipo 360 grados para identificar mejor al vehículo infractor que circula emitiendo un nivel de ruido superior al establecido, según las correspondientes ordenanzas de movilidad y de medio ambiente de los diferentes ayuntamientos de las ciudades donde están operativos.
En Francia, estos radares de ruido están a punto de multar de forma efectiva. Tras varios meses de prueba, en nuestro país vecino comenzarán a multar con una sanción económica de 135 euros a todos aquellos vehículos que, por norma general, circulen emitiendo un nivel de ruido superior a los 90 decibelios.
Según los datos de diversas investigaciones realizadas por el Ministerio del Interior de Francia, una única motocicleta que sobrepase los límites de ruido permitidos podría despertar a 10.000 personas.
En el caso de España, Barcelona ya ha sido la primera provincia en empezar a probar este nuevo tipo de radares de ruido. El primero de estos dispositivos ya ha sido instalado en la C-31 e inicialmente durante un periodo aún no definitivo estará funcionando en modo de pruebas sin sancionar.
A este primer radar experimental colocado en la C-31 le sucederán otros más, tal y como explica el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica de Barcelona, Eloy Badia. “Son radares experimentales que incorporan nuevas tecnologías para detectar el ruido e identificar el vehículo”, ha afirmado el concejal barcelonés. En los planes del consistorio de la Ciudad Condal se contempla que al menos otros 11 radares de ruido también estarán operativos en lugares donde el ruido del tráfico está suponiendo un gran problema para los ciudadanos.