La contaminación no sólo es un gran problema para el cambio climático y el devenir de la Tierra, sino también para la propia salud de las personas y los animales que habitamos en nuestro planeta. La Agencia Espacial Europea con su satélite Coperniucs Sentinel-5P comenzó en otoño de 2017 a “mapear" y analizar las zonas del mundo con aire más contaminado.
Este satélite Copernicus Sentinel-5P incluye uno de los sensores más avanzados el momento, el denominado como Tropomi, capaz de detectar una huella digital única de los gases atmosféricos para generar imágenes de las zonas del mundo con mayor índice de agentes contaminantes.
En el nuevo mapa de la contaminación elaborado a través del satélite Copernicus Sentinel-5P, se han tomado muestras entre abril y septiembre de 2018. Con estas muestras se han elaborado cifras promedio con las zonas del mundo con mayor acumulación de dióxido de nitrógeno NO2 en el mundo. En el mapa, los lugares marcados en rojo y en morado son Europa Occidental, China, la Costa Este de Estados Unidos y el Sur de África, las zonas del planeta, por tanto, con mayor índice de agentes contaminantes.
El dióxido de nitrógeno NO2 proviene principalmente de los gases emitidos por los vehículos y por la propia contaminación generada por las centrales eléctricas y otros complejos industriales.
Los objetivos que se marcaron en el Acuerdo de París de diciembre de 2015 sobre mitigación del cambio climático planteó un nuevo modelo económico y social de “cero residuos" para un futuro saludable en 2050. Para ellos, los diferentes países deberían invertir en torno a un 2 por ciento de su PIB en energías e infraestructuras verdes.
Según diversos organismos internacionales, la contaminación del aire es uno de los principales factores de la muerte y de la enfermedad de millones de personas en todo el mundo. De forma específica, se calcula que la contaminación es la causante de entre seis y siete millones de muertes prematuras al año.
Según la Organización Mundial de la Salud, en 2016 el 95 por ciento de la población de nuestro planeta habitaba en lugares con unos niveles de exposición a las partículas finas contaminantes por encima de las cifras recomendadas.
Además del dióxido de nitrógeno NO2, otras emisiones que perjudican gravemente a la salud de los seres vivos son las partículas en suspensión (PM) y el ozono troposférico O3.