Con el dominio absoluto del Ferrari de Luca Badoer, probador de la casa italiana, empezaron ayer unas jornadas de entrenamientos en el Circuito de Montmeló, al lado de Barcelona.
En ese mismo trazado, dentro de poco más de un mes, la Fórmula 1 recuperará el control de tracción, un dispositivo vetado desde hace varias temporadas. Muchas voces se han alzado contra él, pues algunos consideran que desvirtuará la competición, pero su regreso es imparable. Por eso, las escuderías presentes en Montmeló ya han empezado a probarlo.
Los resultados todavía no son concluyentes, pero ya ha quedado claro que los Ferrari, con control o sin él, son los más rápidos. De entre los probadores que trabajaron ayer, Badoer logró el mejor tiempo: 1:21.032.
El más lento de los cinco hombres en pista resultó Marc Gené, que probó por primera vez el FW 23, el monoplaza que emplea este año Williams en las carreras.
El catalán se sintió sorprendido por la capacidad de esta máquina, y señaló que ha estado desarrollando configuraciones de sistemas, geometrías y reglajes diferentes en el chasis. Aseguró también que su control de tracción está muy avanzado y que su introducción servirá para mejorar el trabajo de los pilotos de la casa, Ralf Schumacher y Juan Pablo Montoya.
Hoy trabaja en Montmeló el otro probador español, Pedro Martínez de la Rosa, que llega para mejorar el Jaguar R2. En los últimos días se han incrementado los rumores que hablan de su posible ascenso a piloto oficial en la escudería inglesa.
Al parecer, Niki Lauda no está nada contento con el trabajo de Luciano Burti y podría sustituirlo por el catalán. De ser así, quizá De la Rosa se sentase en el Jaguar oficial en el propio Gran Premio de España.
Haría compañía a Fernando Alonso, que empieza a ser considerado algo así como un piloto milagro. Su equipo, que no tiene dinero ni para acudir a estos entrenamientos, aún no se explica cómo acabó el asturiano la carrera de Malasia. La telemetría indicó diez vueltas antes de la meta que el coche no acabaría la carrera y, sin embargo, acabó. Con el motor al rojo vivo, un alerón fundido, la refrigeración rota, la sexta marcha inutilizada, el ala delantera descolgada, la radio inservible y el espejo retrovisor arrancado, el Minardi de Alonso terminó el Gran Premio mejorando un segundo por vuelta. Increíble.
A Montmeló llega mañana Michael Schumacher, que también levanta elogios por donde pasa, pero por motivos distintos a los de Alonso. El alemán lleva seis carreras ganadas de forma consecutiva y va camino de convertir este Mundial en un paseo militar. En Barcelona trabajará en nuevas evoluciones del Ferrari F2001.
Por otra parte, Toyota ha hecho oficial hoy el fichaje de un piloto francés de nombre Frank Perera. El galo sólo tiene 17 años. Este sorprendente anuncio viene a echar leña al fuego de la polémica sobre la falta de experiencia de muchos pilotos. En principio, Perera, que ha arrasado en Karting, competirá en fórmulas de promoción de Toyota para pasar después a la F 3000. Posiblemente esté en la Fórmula 1 antes de los 20 años.