El Fiat Grande Panda llega a la final del Car of the Year 2026, el premio más prestigioso de la industria del automóvil, representando el regreso por la puerta grande de una marca que, históricamente, ha dominado el territorio urbano. Aquí no hay fuegos artificiales ni cifras desorbitadas: hay sentido común, un tamaño muy contenido, una gama multienergía bien pensada y un planteamiento industrial que pone el foco en lo que de verdad importa al comprador medio europeo. Es, en cierto modo, la reinterpretación del Panda original para el siglo XXI: mismo espíritu práctico, pero ahora con electrificación, conectividad y un diseño que juega con la nostalgia sin vivir de ella.
El Grande Panda es un B “grande”, pero sigue siendo un coche claramente urbano: está a un soplo de los 4 metros de largo y tiene un formato de cinco puertas muy cuadrado que exprime bien cada centímetro. El maletero ofrece 361 litros en las versiones eléctricas y llega a unos 412 litros en las híbridas y gasolina, situándose por encima de muchas alternativas directas en capacidad de carga. Por tamaño exterior compite con los utilitarios del segmento B, pero en volumen útil se acerca peligrosamente a compactos un peldaño por encima.
El Fiat Grande Panda, un SUV completísimo y para todos
La base técnica es la Smart Car Platform de Stellantis (también referida como STLA Smart), una arquitectura multienergía diseñada para ser global, barata de producir y muy flexible. Sobre ella se apoyan no solo el Grande Panda, sino otros modelos “básicos”, por decirlo de una manera llana, del grupo, como el nuevo Citroën C3. Esto permite compartir componentes, reducir costes y ofrecer, sobre un mismo chasis, versiones 100% eléctricas, híbridas y de gasolina sin rehacer el coche cada vez. Y esa es una de las claves de su candidatura: democratizar la electrificación sin hacerla prohibitiva.
El diseño exterior tira de guiños claros al Panda ochentero: proporciones muy rectas, pasos de rueda marcados, mucha chapa visible y unos grupos ópticos tipo Pixel LED con firma lumínica en forma de “bloques” que le dan un aire simpático pero moderno. No busca parecer un SUV, ni un crossover; es sencillamente un utilitario familiar con aspecto robusto, cintura alta y voladizos muy contenidos que ayudan a aparcar fácil y a no ir golpeando paragolpes por la ciudad. Esa mezcla de sencillez y carácter visual es, también, una manera muy efectiva de diferenciarse en un segmento donde muchos coches empiezan a parecerse demasiado.
Por dentro, el Grande Panda vuelve a jugar la carta de lo simple pero bien resuelto. Cinco plazas homologadas, espacio delantero realmente generoso para hombros y cabeza, una segunda fila correcta para su longitud y, sobre todo, una sensación de coche “fácil de usar”: asientos algo elevados, buena visibilidad y mandos principales donde esperas encontrarlos. El salpicadero integra dos pantallas de hasta 10 y 10,25 pulgadas —instrumentación y sistema multimedia—, y combina plásticos sencillos con algunos elementos decorativos que aligeran el ambiente. No es un interior top en calidades, pero sí transmite solidez y cierta calidez italiana, usando, eso sí materiales parcialmente reciclados en distintas zonas del habitáculo.
100% Eléctrico, híbrido, gasolina... Es multienergía
El Grande Panda Electric monta un motor de 113 CV en el eje delantero, alimentado por una batería LFP de 44 kWh trabajando sobre un sistema de 400 voltios. Declara una autonomía de hasta 320 km WLTP en ciclo combinado, con un consumo homologado de 16,8 kWh/100 km, cifras que encajan muy bien con el uso mixto ciudad–periferia para el que ha sido pensado.
Pero una parte importante del mensaje del Grande Panda se construye también con el motor 1.2 turbogasolina, con 101 CV en su versión no electrificada y 110 CV en el mild Hybrid, acompañado en este caso de doble embrague y 6 marchas, dentro de la cual se integra una unidad eléctrica. Esta arquitectura permite arrancar siempre en modo eléctrico, circular en cero emisiones a baja velocidad, apagar el motor térmico más a menudo y recortar consumos en ciudad sin obligar al usuario a enchufar el coche.
Ágil en ciudad, estable en carretera
El Grande Panda no pretende ser un urbano de tintes deportivos, pero sí es un coche muy fácil de llevar. La plataforma Smart Car le da una base rígida y relativamente ligera, y Fiat ha optado por un tarado de suspensión más bien confortable, capaz de absorber firmes rotos, badenes y tapas de alcantarilla sin sobresaltos. El centro de gravedad contenido, el eje trasero sencillo y las llantas de hasta 17 pulgadas se combinan para ofrecer un coche ágil en ciudad, estable en carretera y, sobre todo, muy intuitivo para conductores que no buscan complicaciones. Es el tipo de coche que te hace sentir cómodo desde los primeros metros, y eso, en esta categoría a la que también acceden muchos conductores jóvenes vale también su peso en oro.
En el apartado tecnológico, el Grande Panda se sitúa donde tiene que estar un finalista del Car of the Year, pero sin sobreactuar porque cada elemento extra cuesta. Según acabado, ofrece una instrumentación digital de 10 pulgadas y una pantalla central táctil de 10,25 pulgadas, con conectividad completa para Apple CarPlay y Android Auto, cámara de visión trasera, ayudas al aparcamiento y un catálogo razonable de asistentes: frenada automática de emergencia, aviso y corrección de cambio de carril, reconocimiento de señales y control de crucero con limitador. No persigue dar lecciones de conducción autónoma, pero sí aportar lo necesario para ir cómodo y seguro en el día a día urbano y periurbano.
¿Puede ganar el Fiat Grande Panda el Car of the Year 2026?
¿Todo esto le da por tanto opciones para coronarse como mejor Coche del Año en Europa 2026? Creemos que sí, porque el Grande Panda encaja muy bien con el momento y contexto actual: coches cada vez más caros, ciudades más restrictivas y usuarios que quieren electrificación… pero sin que eso suponga un salto al vacío. Aquí hay un eléctrico honesto, con 320 km WLTP y carga rápida razonable; un híbrido bien afinado, que permite reducir de verdad consumos sin enchufes, y un gasolina de acceso que mantiene la puerta abierta a los presupuestos más ajustados. Todo ello empaquetado en menos de 4 metros y unos precios más que razonables.
El resultado final lo conoceremos el próximo día 9 de enero de 2026, durante el Salón Internacional del Automóvil de Bruselas. Entonces se confirmará cuál es el Car of the Year 2026. ¡Suerte a los 7 finalistas!
