Con este objetivo a medio términos, la Comisión Europea quiere que la industria no se haga la remolona y cumpla con los plazos fijados. Como se recordará, el objetivo principal propuesto por la Directiva de Vehículos Fuera de Uso pasaba por lograr que, en 2006, un 85 por ciento del peso de los coches fuera reutilizable, mientras que en 2015 deberá ser un 95 por ciento. (Actualmente es reciclable el 75 por ciento del peso de cada coche). También se exige que, en 2007, los constructores asuman la totalidad de los costes de la recuperación de materiales de los casi diez millones de coches que cada año son achatarrados en Europa.Para llegar a esta meta, la Unión Europea ha introducido una variante interesante: que, en 2008, el 80 por ciento de los materiales que se utilizan para hacer un coche provenga del reciclado.
La Comisión Europea ha pedido mayor contribución de la industria del automóvil para alcanzar estos logros.
En España ya ha empezado a caminar la nueva red de Centros Autorizados de Recepción y Descontaminación, los denominados CARD, que son los únicos puntos oficiales donde se pueden dar de baja de los coches viejos. De momento, estos talleres no tienen demasiados problemas, pero temen que haya graves dificultades cuando empiecen a reciclar plásticos y cauchos, materiales cuya recuperación es muy costosa.
De esta dura legislación del reciclaje sólo se escaparán los vehículos que se fabriquen en series muy reducidas, de menos de 500 unidades por país. La Comisión cree que con lo que cuesta lanzar estos modelos, no se van a introducir más exigencias.