En la actualidad, la DGT dispone de más de 1.300 radares para controlar las infracciones que se producen en las carreteras. De todo ese montante, 780 de ellos son radares fijos (92 de estos son de tramo) y otros 545 son móviles. Pues bien, dentro de muy poco a todo el “arsenal” tecnológico ya citado se le unirán otros 70 nuevos radares móviles, tal y como confirmó el propio Ministerio del Interior días atrás en un comunicado de prensa.
En la memoria justificativa de la nueva adquisición de estos radares por parte del Ministerio del Interior se explica que estos cinemómetros pueden instalarse en cualquier tipo de vehículo utilizado por la Guardia Civil, ya sea de cuatro ruedas (coches patrulla o coches camuflados) o de dos ruedas (motos con o sin los distintivos de la Benemérita): “El empleo de cinemómetros de escaso tamaño, compacto, de altas prestaciones, fácil manejo y rápido despliegue de forma permitirá su utilización a cualquier agente, independientemente del vehículo en el que patrulle: de cuatro ruedas o motocicleta”.
Saima Seguridad SA ha sido finalmente la empresa elegida por el Ministerio del Interior para el suministro de estos nuevos radares. En una orden oficial publicada en el BOE se especificaban las características y las peculiaridades muy concretas que debían cumplir estos cinemómetros.
Dentro de dichas características, se sabe que serán muy pequeños y ligeros (como máximo tres kilogramos de peso y alrededor de unos 50 centímetros de tamaño), lo que les permite instalarse y colocarse prácticamente en cualquier lugar. Ahora bien, ¿dónde multarán principalmente estos nuevos cinemómetros móviles? Principalmente, en las carreteras secundarias o convencionales, ya que según las estadísticas oficiales son los tipos de vías más peligrosas y donde habitualmente se comete un número mayor de infracciones por exceso de velocidad.
ASÍ SON ESTOS NUEVOS RADARES MÓVILES Y LO QUE HAN COSTADO
Estos nuevos radares móviles de pequeño tamaño y muy ligeros cuentan con tecnología láser, conectividad 3G, 4G o por wifi, pueden multar a una distancia de hasta 50 metros, cuentan con una autonomía de funcionamiento de unas cinco horas y pueden captar un amplio rango de velocidades, de entre 30 y 250 km/h.
A todas esas características hay que añadir los accesorios para su correcto funcionamiento y transporte, tales como una maleta, un ordenador o tablet con el software específico, un medidor de velocidad y un trípode o base de sujeción.
En la orden ministerial antes citada también se detalló la cuantía total de esta nueva compra de radares, por un valor de 610.678,25 euros.