Seguramente si preguntas a los aficionados de los coches por una marca de asientos deportivos es muy posible que una de las primeras que te conteste sea Recaro. Creada en Alemania a principios del siglo pasado, por lo que es de las más antiguas del sector, se acaba de declarar en quiebra después de haber cambiado constantemente de propietarios desde 2011.
En la noticia publicada por Europa Press se comenta que los actuales directivos de Recaro declararon su quiebra ante un tribunal alemán esta misma semana y después anunciaron a través de un comunicado la situación financiera de la compañía a los 215 trabajadores que tienen en su fábrica de Kirchheim unter Teck (Alemania).

Dentro de las diferentes divisiones en las que está dividida la marca Recaro, según la agencia la que se ha declarado en quiebra es la que se encarga de crear asientos para los coches, que también fabrica las butacas que vemos en diferentes aviones. Por tanto, quedaría fuera de esta mala situación la parte que se dedica a la creación de sillas infantiles y la que diseña asientos para “gamers”.
Hay que recordar que Recaro se vendió en 2011 a la empresa Johnson Controls. Estos cambiaron en los siguientes años su nombre y operaciones comerciales, pasando a conocerse como Adient. Precisamente estos fueron los que traspasaron hace cuatro años la división de asientos de automóviles a Raven Acquisitions, una firma de capital privado de Estados Unidos.

Comentan también desde Europa Press que, en la última presentación de resultados financieros, los responsables de Recaro ya reconocieron que durante los últimos años los empleados “habían renunciado a parte de sus salarios para intentar favorecer la estabilización económica de la empresa”. Ahora, el comité de empresa tiene previsto reunirse con los sindicatos para abordar las posibles indemnizaciones.
Desde la agencia de noticias recuerdan que la quiebra de Recaro Automotive se una a una gran crisis que está afectando al sector de proveedores de la automoción. Como ejemplos ponen al fabricante de llantas BBS, que hace pocos días solicitó la declaración de insolvencia en Rottweil (Alemania), en ZF se ha previsto una reestructuración que podría acabar con 14.000 despidos y el cierre de algún centro de trabajo, mientras que Valeo está actualmente buscando compradores para tres de sus fábricas con el fin de poder salvar el empleo a un millar de trabajadores.