Es una situación desagradable y que puede tener consecuencias fatales. Los peatones en la ciudad son el eslabón débil en comparación con los vehículos que ruedan a su alrededor: un atropello a una velocidad no demasiado elevada puede acabar en lesiones importantes o incluso la muerte. Por este objetivo –y otros– la DGT decidió rebajar la velocidad máxima en buena parte de las ciudades españoles a 30 km/h.
Si bien también se producen atropellos en carreteras interurbanas (con mucha menos frecuencia), y para dar visibilidad al peligro que suponen los atropellos en las ciudades, el comparador de seguros Acierto.com ha realizado un informe en el que se analiza esta problemática. Según sus datos, la mitad de los fallecidos en accidentes de tráfico en ciudad fueron peatones; los mayores de 65 años son, con el 70 por ciento, el grupo de edad que más accidentes sufre.
En caso de atropello, el 59 por ciento de los peatones ha terminado falleciendo y el 70 por ciento del total con heridas. Es en los pasos de cebra donde más atropellos se registran, el 80 por ciento, lo que nos lleva a hablar de la responsabilidad en este tipo de accidentes. Recuerda, no obstante, que como conductor hay que respetar las prioridades de paso de peatones y ciclistas en los lugares que corresponda; de no hacerlo, además del peligro que conlleva, la multa es de 200 euros y 4 puntos menos en el carné.

¿De quién es la culpa en un accidente? Responsabilidades
Que el 80 por ciento de los atropellos en el ámbito urbano sean en el paso de peatones quiere decir que 8 de cada 10 accidentes con vehículos y peatones implicados son responsabilidad del conductor. En los otros casos, pueden darse dos situaciones diferentes.
En un accidente con atropello, por ello, se pueden dar tres posibilidades: que la culpa sea plenamente del conductor, por ejemplo, por no respetar la prioridad de paso; que la culpa sea compartida, cuando el peatón cruza por donde no debe y el conductor circula a más velocidad de la permitida; o que la culpa sea del peatón únicamente.
En el primero de los casos, cuando la culpa es enteramente para el conductor, será la responsabilidad civil del propietario del vehículo la que se haga cargo del siniestro. “Reducir la velocidad, mantenerse alerta y aumentar la distancia de frenado evitaría muchos de estos accidentes”, afirma el informe de Acierto.com. En el caso de ser responsabilidad compartida, se tendrá que determinar el peso de la responsabilidad de cada parte.
Pero ojo, cuando el accidente se ha producido por la culpa del propio peatón -éste cruza por donde no debe y el vehículo o vehículos implicados por su imprudencia circulaban a la velocidad legal-, la cosa cambia: aquí, además de recibir una multa económica, no recibir ninguna indemnización y tener que responsabilizarse con todos los daños ocasionados, el peatón se enfrenta a una posible pena de cárcel de entre seis meses y dos años.