España no es de los peores países de Europa en cuanto a robos de coches. De hecho, muy por debajo de países como Italia, Suecia, Francia o Grecia, donde se roban hasta 500 vehículos diarios, en nuestro país se sustraen aproximadamente 100 coches y motos al día. Sin embargo, que ocupemos el número 17 de la lista no significa que los hurtos no supongan un problema, ya que hasta 37.000 vehículos se roban al cabo del año y, a diario, conocemos nuevos métodos y trucos que emplean los ladrones, no solo para sustraer vehículos, sino también sobre todo para robar en su interior cualquier tipo de objeto.
En este sentido, es verdad que la tecnología que emplean los nuevos coches, así como nuevos dispositivos de rastreo y de alarmas antirrobo, han contribuido a reforzar la seguridad en todos los sentidos. Sin embargo, también lo es que siguen existiendo viejos y nuevos métodos de actuación tan sencillos como efectivos para los ladrones.
De inhibidores al truco de la moneda: métodos conocidos
Además de los peligrosos inhibidores de los que ya te hemos hablado en multitud de ocasiones, que inhabilitan los mandos de cierre de los coches para dejarlos abiertos sin que el propietario lo sepa, trucos como pinchar una rueda o romper un retrovisor para alertar al conductor sobre el daño y aprovechar su descuido para robar todo lo que esté a la vista en el interior del coche son de lo más habituales.

También lo es el denominado truco de la moneda, en el que los delincuentes colocan una pequeña moneda en el tirador de la puerta mientras, por lo general, el vehículo está aparcando o sacando cosas del maletero, dejándola abierta unos pocos centímetros. Así, cuando el propietario abandona el coche en la vía pública, los ladrones tienen acceso a su interior de la forma más sencilla al quedarse en realidad el coche abierto.
Así es el truco de la botella: la nueva técnica
Pues bien, conocidos ya estos métodos, hoy te hablamos de una nueva estrategia que está difundiendo estos días la policía para advertir de una nueva técnica muy sencilla, pero eficaz, que están empleando los ladrones de coches para sustraerte todos los objetos de su interior. Es el que ya se conoce como “el truco de la botella”. Pero, ¿en qué consiste exactamente? ¿Cómo podemos prevenirlo?
La técnica, sin duda, es de lo más sencilla. Consiste en la introducción por parte de los delincuentes de una botella de plástico entre el paso de rueda y la misma rueda, siempre por el lado del copiloto. De este modo, el conductor, una vez que se sube al vehículo, arranque y se disponga a iniciar la marcha, advertirá un ruido y sospechará que algo está ocurriendo o no funciona bien al comenzar al circular.
Ante esta situación, lo lógico es que cuando el conductor inicie la marcha, detenga de repente el vehículo al advertir el problema y pare para bajar del vehículo y averiguar qué está ocurriendo en realidad. Al tratarse de un hecho tan simple y fácil de descubrir, por lo general el conductor se baja rápido, dejando el coche arrancado y abierto un momento. Y ahí vienen los problemas.

Es en ese instante cuando los ladrones, al estar muy cerca observando la escena, aprovechan para meterse en el coche por el lado contrario al que el conductor está revisando, tomando todos los objetos de valor que encuentran en el habitáculo (por norma, bolsos, carteras, mochilas o teléfonos móviles) y huyendo posteriormente con facilidad y de manera muy rápida.
La mayoría de robos son improvisados
La policía, por ello, aconseja que, siempre que tengas que descender del coche ante cualquier imprevisto o señal de mal funcionamiento, detengas antes el motor, cierres el coche y te guardes las llaves en el bolsillo. De esta manera evitarás, no solo que te hurten los objetos, sino también incluso que puedan llevarse el coche.
Y es que métodos tan sencillos como el del truco de la botella también son ejecutados a la hora de robar directamente los coches. Los últimos informes del Gobierno, de hecho, confirman que la mayoría de robos de vehículos en España son improvisados, hasta en un 85 por ciento, con solo un 15 por ciento de ellos realizados con métodos planeados en el tiempo y de seguimiento. Jóvenes actuando de manera rápida y simple, con entre 20 y 27 años, completan el perfil mayoritario de ladrones en nuestro país. ¡Atentos!