Rafa Nadal anuncia por sorpresa su retirada. El gran ídolo balear pondrá así definitivamente tras la conclusión de su participación en la Final a 8 de la próxima Copa Davies punto y final a su carrera. Con 38 años, el mejor tenista español de todos los tiempos colgará la raqueta con al menos 92 títulos, de los que 22 corresponden a Grand Slam. Una carrera difícilmente igualable que merece todo nuestro reconocimiento.
Con motivo de la concesión del Abrazote de Manolo 2017, un premio que otorgan cada año los jurados del Car Of The Year, donde la revista Autopista es organizadora, en memoria del gran periodista Manolo Doménech, tuvimos la ocasión de entrevistar junto al resto de jurados del premio a Rafa Nadal en su complejo tenístico aprovechando la entrega al gran embajador que ha tenido hasta ahora Kia. A continuación reproducimos íntegra nuestra charla con el tenista. Todo un mito del deporte español.
Pregunta: ¿Qué le ha dado Kia a Rafa Nadal y Rafa Nadal a Kia?
Respuesta: “Con Kia hemos compartido la carrera entera mía juntos. Cuando empezamos a trabajar, Kia era relativamente nueva en España. Yo soy una persona que cree en los proyectos de continuidad, en los proyectos a largo plazo, en la capacidad de entenderse con las personas… Por ejemplo en mi equipo de trabajo sigo manteniendo a la misma gente de toda la vida, no he cambiado nada… Y con Kia es un poco lo mismo, son muchísimos años, y para mí es algo que me genera gran satisfacción y felicidad el haber compartido este camino juntos durante tantos años y que se haya confiado en mí me enorgullece especialmente.
P: Tú aprendiste a conducir con Kia…
R: Aprendí a conducir con Kia, me pegué el primer “castañazo” con Kia con un Sorento bien chulo, personalizado para mí, y lo estrellé contra un poste de hormigón del tendido eléctrico. Ahí tengo el recuerdo, bajando la cuesta de Porto Cristo, donde vivo. Ahora ya el poste es de metal. Dejé sin electricidad a los restaurantes de la zona durante unas pocas horas.
P: ¿Con qué te mueves en estos momentos?
R: Normalmente uso el Kia Sportage y también tengo el Kia Pro_Cee´d GT, que a nivel de motor es el más divertido que he tenido oportunidad de conducir. Todavía no me han dejado el Kia Stinger, que es bien chulo; en Australia estaba muy tuneado y era muy atractivo.
P: ¿Realmente te gusta conducir?
R: A mí conducir me gusta cuando no me duelen las rodillas. He pasado épocas en mi vida en las que conducir me ha supuesto un problema. Ir a Palma desde aquí, que son 45 minutos, me ha obligado a parar para estirar las piernas porque no aguantaba el dolor. Casi siempre, cuando vamos tres en el coche yo suelo ir detrás para poder llevar las piernas estiradas totalmente –si sólo vamos dos queda feo que yo vaya atrás-. Las épocas en que estoy bien de las rodillas sí me gusta conducir, aunque no soy una persona que le guste mucho la velocidad ni adelantamientos… La vida es solo una y hay cuidarla e intento no asumir riesgos… pero sí me gusta conducir y aquí en Mallorca, en la zona de la sierra tenemos un montón de sitios bien bonitos para ir con calma, tranquilos y disfrutando del coche y del paisaje…
P: Tú que has viajado mucho, ¿dónde se conduce peor?
R: No sé si me conviene decirlo porque voy en un par de semanas pero algunos lugares de Italia… No conocen las normas de seguridad en la conducción. India es otro país complicado donde siempre se te meten por todos los lados y la única norma que funciona es la del claxon. A nosotros nos suelen llevar pero sí es verdad que a veces cuando llegas en alguno de estos países a las pistas piensas “es increíble que no nos hayamos dado ningún toque”.
P: ¿Y cómo te ves dentro de quince años?
R: Veo complicado moverme de Mallorca, aquí tengo la gente que quiero, con la que me siento cómodo. Me siento afortunado por ser de donde soy. Estamos en un lugar tranquilo, bonito, el clima es buenísimo y además aquí tengo algo que no hay en las grandes ciudades, tiempo. Aquí tienes la facilidad de poder hacer varias cosas durante el día. Luego tengo mi fundación que está creciendo y es parte importante de mi futuro y me ilusiona mucho. A nivel empresarial también llevo años preparando mi futuro, y un ejemplo es mi academia, parte importante ya del hoy pero también de mi mañana. Este centro tiene diferentes unidades de negocio en algo que me apasiona, el deporte en general. La lógica me dice que voy a tener cosas que hacer siempre, por haber tenido la carrera que habré tenido irán saliendo cositas para entretenerme… Si no hubiese tenido estas oportunidades, seguro que habría estudiado pero habría terminado trabajando en algo relacionado con el deporte, mi pasión.
P: ¿Fue tan especial tu medalla de oro de Río?
R: Los Juegos Olímpicos son diferentes, son únicos, cada cuatro años… Es el evento más complicado de ganar. Yo solo he podido acudir a dos, en Londres me lesioné y en 2004 era muy jovencito. En Río me hizo una ilusión especial por venir de dónde venía: tres semanas antes no sabía si podría participar. Para mí era todo muy estresante por el hecho de que volvía a ser abanderado y en 2012 ya una lesión me lo había impedido. Se me hacía una montaña renunciar otra vez a ser abanderado, algo que me hacía mucha ilusión, sabía que no iba a estar bien preparado, con la muñeca que me dolía... Aparte compartí los juegos con el resto de compañeros, con el resto del equipo olímpico, y la medalla que ganamos de oro la gané con uno de mis mejores amigos del circuito, Marc. Ganar un oro es algo único pero el hecho de compartirla con un gran amigo es especial, muy especial... Yo el año pasado sabía que era de las últimas opciones de hacer algo que a mí me quedara y me ilusionara… Sabía que en el resto de temporada iba a penalizar una lesión de dos o tres meses a mitad de temporada, perdiendo forma… Forcé para jugar los juegos, jugué después el US Open, luego me fui a la India a jugar la Copa Davis y nunca tendría que haber ido… porque me dolía la mano, igual que en Pekín y Shanghai y a partir de ahí dije “paro”. Los Juegos Olímpicos eran mi gran objetivo del segundo semestre del año por el estado en el que estaba y me hizo ilusión y me generó una grandísima emoción.
P: Este año promete y mucho…
R: Mis años óptimos han sido todos en mi carrera. Por ejemplo el pasado lo era hasta que llegó Madrid y me lesioné en la mano porque estaba jugando muy bien en tierra… Semifinales de Madrid ya jugué anestesiado y a partir de ahí se complicó todo. Roland Garros no debí jugarlo porque pasé de haber estado lesionado tres semanas o un mes a estar tres meses. Pero es que Roland Garros es especial, no sabes las oportunidades que te quedan de estar ahí no para ganar, sino para competir bien. Hice lo que sentía e intuía en el momento y es difícil pensar con la cabeza cuando el corazón te pide otra cosa y lo desea con fuerza. No tuve la cabeza suficientemente fría para renunciar a Roland Garros. Jugué, empecé ganando pero el segundo partido jugué con la mano infiltrada pero muchas veces había jugado así y me había salido bien y había ganado, aunque nunca en la mano. Y esto te hace perder sensibilidad en algo tan importante en el tenis como la mano, e inconscientemente empiezas a modificar gestos y la mano amanece al día siguiente como una bola. Me arrepiento de lo que hice.

P: Y de fútbol, ¿qué? Real Madrid, selección…
R: Cardiff me coincide con Roland Garros y no voy a poder estar, si llegamos. El Madrid tiene la eliminatoria encarrilada pero nunca he dado pronósticos… La selección es como todo en nuestro país, hemos tenido tres competiciones espectaculares pero las generaciones van pasando y llegan las transiciones. Luis Aragonés dio un cambio vital a la mentalidad y al estilo de juego, Del Bosque le supo dar continuidad y tranquilidad y ahora necesitamos sangre nueva y con Julen estamos logrando una intensidad que nos había faltado en los últimos tiempos. Y esto es para estar ilusionado, además de con la llegada de jóvenes de muy alto nivel. Hay que dar tiempo, recuperar esa llama de la selección y valorar todo lo que nos ha pasado. Hemos tenido una edad de oro en el deporte, no solo en fútbol, y nos ha pasado en Tenis, en baloncesto hemos tenido un grupo increíble, en Fórmula 1 un bicampeón del mundo, en motos ya lo habéis visto y estáis viendo y todo esto es difícil de mantener. Somos muy fáciles de malacostumbrar y después de lo bueno el tremendismo nos lleva hacia el desastre, pero nunca debemos olvidar lo bueno y lo difícil que es lograrlo.