Embrague bimasa o uno convencional: Ventajas y diferencias

Conoce todos los detalles y ventajas del embrague bimasa, así como sus diferencias con uno convencional.

Juan L. García

Embrague bimasa o uno convencional
Embrague bimasa o uno convencional

Cuando hablamos de componentes fundamentales en la transmisión de un vehículo, el embrague es uno de los más relevantes. Existen dos tipos principales: el embrague bimasa y el embrague convencional, y aunque ambos cumplen la misma función (transmitir la fuerza del motor a la caja de cambios), su diseño, comportamiento y mantenimiento presentan diferencias importantes que afectan a la experiencia de conducción y al bolsillo.

Si estás pensando en cambiar el embrague o quieres entender mejor qué tipo tiene tu coche, aquí te explicamos todo lo que necesitas saber para tomar una buena decisión.

¿Qué es el embrague bimasa y cómo funciona?

El embrague bimasa incorpora un sistema compuesto por dos volantes de inercia conectados por un muelle helicoidal y un rodamiento. Esta estructura actúa como un amortiguador de torsión, absorbiendo vibraciones y ruidos procedentes del motor.

Su principal ventaja es que ofrece una conducción más suave y silenciosa, especialmente en vehículos diésel o de altas prestaciones, donde las vibraciones pueden resultar molestas o incluso dañar otros componentes con el tiempo.

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¿Y el embrague convencional?

El embrague convencional cuenta con un volante de inercia sólido, un disco de embrague y una placa de presión. Su funcionamiento es más directo, transmitiendo la energía del motor a la transmisión sin filtrado adicional.

Aunque es un sistema más básico, también es más robusto y barato de mantener. Se utiliza sobre todo en coches urbanos, vehículos comerciales ligeros o modelos más antiguos.

Principales diferencias entre embrague bimasa y convencional

Suavidad de conducción

El bimasa gana por goleada en este aspecto. Gracias a su capacidad para absorber vibraciones, ofrece una marcha más fluida, ideal para quienes valoran el confort o conducen largos trayectos.

El convencional, en cambio, puede generar ruidos y tirones, sobre todo a bajas revoluciones.

Durabilidad

Aquí depende del uso. El embrague bimasa sufre más con estilos de conducción agresivos o con sobrecargas, por lo que su desgaste puede acelerarse. El convencional resiste mejor este tipo de exigencias, aunque es menos refinado.

Mantenimiento y coste

El bimasa es más caro de reparar y sustituir, y requiere manos expertas. Su precio suele oscilar entre 500 y 800 euros, o incluso más si se incluyen otros componentes.

El convencional, con un diseño más sencillo, tiene un coste menor, entre 200 y 500 euros, y su reparación también es más asequible.

Comportamiento en condiciones exigentes

Si conduces normalmente con carga, en zonas montañosas o en ciudad con muchas paradas y arranques, el convencional puede soportar mejor ese trato. El bimasa, aunque más cómodo, no está pensado para ese nivel de exigencia constante.

¿Qué embrague elegir?

No existe una respuesta única, pero estas recomendaciones te pueden ayudar:

  • Si valoras una conducción suave y silenciosa, haces trayectos largos y cuidas la mecánica del coche, el embrague bimasa es para ti.
  • Si prefieres una solución económica, tu conducción es más agresiva o el coche trabaja en condiciones exigentes, el convencional te dará menos problemas a largo plazo.
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También influye el modelo de coche. Muchos vehículos modernos diésel o de gama media-alta ya incorporan de serie embragues bimasa, mientras que los más básicos o antiguos suelen montar convencionales.

Tanto el embrague bimasa como el convencional tienen sus ventajas e inconvenientes. La clave está en conocer bien tu coche, tu estilo de conducción y tu presupuesto para mantenimiento. Un sistema no es mejor que el otro en términos absolutos, pero sí puede ser más adecuado según tus necesidades.

Antes de tomar una decisión, consulta con tu taller de confianza. Y recuerda: un embrague bien tratado puede durar más de 150.000 km, sea del tipo que sea.

 

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