Las pegatinas de la DGT, ése nuevo método de clasificación que comienza a decidir qué coches podrán acceder a ciertas ciudades en protocolos anti-contaminación… y que se ha convertido en un extraordinario negocio. Aprobadas por Tráfico con motivo del Plan Nacional de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera 2013-2016, los primeros cuatro adhesivos distintivos (0, ECO, B y C), nacieron para discriminar positivamente a los vehículos más respetuosos con el Medio Ambiente y como nuevo instrumento eficaz para catalogarlos en las nuevas políticas municipales. Y, precisamente, han sido estas nuevas ordenanzas de movilidad de las ciudades las que han terminado de consolidarlas.
A pesar de que la DGT anunció desde el principio que su colocación sería voluntaria, enviándolas además gratis en una primera fase, la realidad es que hoy hay que comprarlas y para muchos conductores serán además obligatorias. Y es que el primer anuncio de nuevas limitaciones en Cataluña en base a ellas, con la puesta a la venta en sus oficinas de Correos a 5 euros, y la posterior expansión por el resto de España con la confirmación de que Madrid, además, empezará a multar en 6 meses a quien no la lleve, ha precipitado todos los acontecimientos.
En 15 días, casi 1 millón de euros
Toma nota: según informa la agencia EFE, Correos ha vendido ya hasta el pasado martes 16 de octubre la friolera de 273.750 etiquetas de la DGT, lo que supone unos ingresos en lo que va de 2018 superiores a 1,36 millones de euros. Claro que para ver el impacto de las nuevas medidas, podemos poner el foco sólo en este mismo mes de octubre que aún no ha terminado: el 70,7% de las pegatinas vendidas (193.543) se han comprado en estos 16 días tras el anuncio de obligatoriedad en Madrid, lo que supone un negocio de casi 1 millón de euros de facturación en dos semanas.
Según confirma hoy El Economista citando fuentes de Correos, toda la recaudación total por las etiquetas de la DGT es íntegra para la compañía de reparto, un hecho que no deja tampoco de sorprender. Fuentes de Correos confirman también a la agencia EFE que el nuevo protocolo anti-contaminación de Madrid “se ha notado y mucho". Sólo en Madrid, adscrita a la Zona 4 de Correos junto a Castilla La Mancha y Extremadura, se han vendido 183.800 etiquetas, de las que 106.062 (hasta el 57,7%) se han comercializado este mes.
Según Correos, las pegatinas que más se han distribuido han sido las de tipo B (que clasifican a los turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculadas a partir de enero del año 2000 y Diesel a partir de enero de 2006, así como los de más de 8 plazas y pesados de ambas motorizaciones matriculados a partir de 2005) y las de tipo C (para turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculados a partir de enero de 2006 y Diesel a partir de 2014, así como los más de 8 plazas y pesados de ambas motorizaciones matriculados a partir de 2014).
¿Hasta dónde llegará el negocio?
Hasta aquí, lo que a día de hoy han generado las etiquetas, pero ¿hasta dónde puede llegar este negocio? Según los primeros cálculos y nuestras fuentes consultadas, la DGT no envío pegatinas a un total de 14 millones de vehículos que supuestamente tienen derecho a ellas. Es decir, si multiplicamos esta cifra por los 5 euros que cuestan, nos sale una facturación que podría rondar los 70 millones de euros si todos los conductores adquirieran la suya. Y como apunte, otro dato: en Francia, que también ha empezado a legislar la contaminación de los coches con etiquetas medioambientales, estos adhesivos cuestan 3,5 euros. Como vemos, un negocio en España de lo más redondo.