De la misma forma que podemos considerar al cinturón de seguridad y al airbag como los elementos más importantes en la seguridad de un vehículo, sin duda podríamos incluir el ESP en este pódium particular. Este sistema cumple 25 años: conocido también Programa Electrónico de Estabilidad, actúa como método antiderrape en situaciones en las que la estabilidad del vehículo se ve comprometida, por ejemplo en situaciones de esquiva de obstáculos inesperados, en las que la carretera está mojada o helada, o simplemente al conducir demasiado rápido en una curva.
Aunque Bosch y Daimler-Benz estrenaron este sistema en un Mercedes Clase S Coupé en 1995, el equipo de Bosch venía planteándose la idea de cómo mejorar la estabilidad al frenar con fuerza en curva desde 1983. Pero no fue hasta la última década de siglo cuando unió sus fuerzas con el fabricante alemán y desarrolló este sistema pionero que, según sus propias cifras, “ha salvado unas 15.000 vidas" y ha prevenido “medio millón de accidentes con lesiones personales"
Bosch ha producido en todo este tiempo más de 250 millones de unidades ESP para vehículos. Este sistema antiderrape utiliza información sobre la dinámica del vehículo: si detecta una discrepancia entre la dirección que marca el conductor y la dirección del coche, interviene. Gracias a los sensores inteligentes, se puede comparar el ángulo de dirección y la trayectoria del vehículo “hasta 25 veces por segundo": el sistema reduce el par motor y frena las ruedas de forma individual si los datos divergen, ayudando al conductor a evitar que se salga de carretera o derrape. Además, interviene en otros elementos de seguridad de asistencia al conductor.
Según las informaciones de Bosch, el ESP puede “evitar hasta el 80 por ciento de todos los accidentes producidos por derrapes". Un sistema que se ha mostrado como fundamental para nuestra seguridad al volante de un vehículo: actualmente, el 82 por ciento de todos los vehículos turismos nuevos que se fabrican en el mundo disponen ya de este sistema, cuando en 2017 era del 64 por ciento.
Cómo el test del alce ayudó a implantar el ESP
Una buena forma de comprobar la eficacia del ESP (y de la puesta a punto de un vehículo en particular) es con el conocido como test del alce: esta prueba, como sabrás consiste en simular una repentina maniobra evasiva. Para entender mejor la importancia que se dio en su día al ESP para establecerlo como sistema de seguridad vital, debes situarte en 1997.
Dos años después de que Bosch y Daimler-Benz presentasen el nuevo ESP en uno de los coches alemanes, se dio una situación delicada: durante las pruebas de la revista sueca Täknikens Värld con un Mercedes Clase A, este volcó en el mencionado test del alce. ¿La consecuencia? Mercedes pasó a incluir el ESP como elemento de serie en todos sus coches, un movimiento que terminarían adaptando muchos fabricantes más.
Y así hasta llegar a noviembre de 2011, cuando la Unión Europea hizo obligatoria la instalación del ESP para los nuevos turismos y vehículos comerciales que se lanzaran al mercado. Tres años después, en 2014, se hizo obligatorio para los nuevos vehículos turismos y comerciales matriculados. En otros países es también obligatorio o existe un compromiso autoimpuesto: Argentina, Brasil, Canadá, China, Estados Unidos, Japón, Rusia, Turquía…