El coche autónomo, el socio perfecto de la movilidad colaborativa

Con el coche autónomo a la vuelta de la esquina y aunque pueda parecer lo contrario, es la pareja de baile perfecta para la movilidad colaborativa

Elena Sanz. Twitter: @ElenaSB

El coche autónomo, el socio perfecto de la movilidad colaborativa
El coche autónomo, el socio perfecto de la movilidad colaborativa

Social Car, Cabify, Uber, BlaBlaCar y Ouishare. Hace unos años el nombre de estas empresas resultaría extraño a la mayoría de los conductores, pero ahora son perfectamente reconocibles. La movilidad colaborativa ha creado un nuevo estatus: no es lo que el usuario tiene sino lo que es tan inteligente como para no tener. La tecnología permite acceder a aquello que no poseemos y el sector del automóvil es el mejor ejemplo de ello, pero igual que los avances han jugado a su favor, ¿puede suceder al contrario con, por ejemplo, la llegada del coche autónomo? En el tercer Auto Finance Forum respondieron a esta pregunta.

Como en todo servicio, el cliente es una de las piedras angulares sobre la que gira la movilidad colaborativa. El sector tiene en cuenta la importancia de su experiencia y esto trasladado al coche autónomo se traduce en una sensación abrumadora porque el vehículo hace todo convirtiendo la experiencia parezca algo digno de ciencia ficción. Y es que cuando el conductor comprueba que el coche autónomo es algo tangible, comprueba que de cerca, incluso, da miedo.

Si en algo coincidieron los representantes de las empresas más conocidas del sector fue en que la llegada del coche autónomo no está tan lejos como se cree; es más, algunos de ellos enfatizaron que está a la vuelta de la esquina. Lo cierto es que el nuevo modelo hacia el que se camina tiene sentido a pesar de que en el ambiente flota la sensación de estar saltándose algún paso como es el de los vehículos eléctricos o los conectables, por ejemplo. Sea como sea, la movilidad colaborativa cree en el modelo del coche autónomo aunque recuerda que hay mucho negocio por desarrollar.

El ser humano es social por naturaleza

Es en este contexto en el que surgen algunas incógnitas y dudas. Una de ellas gira en torno a las aseguradoras: el futuro invita -por no decir que obliga- a crear un nuevo producto teniendo en cuenta el escenario que se está construyendo; las empresas de movilidad colaborativa lo saben mejor que nadie puesto que cuando ellas aterrizaron se encontraron con el mismo panorama y las compañías de seguros tuvieron que ponerse manos a la obra. Este cambio de paradigma también genera interrogantes acerca de la compra de vehículos, pero la apuesta por la convivencia es clara porque no será todo para uno: hay gente a la que le gusta conducir y querrá seguir teniendo su propio coche.

La movilidad colaborativa afirma que si los usuarios tienen un coche autónomo, lo van a usar. Tienen claro que no se puede renuncia a ello y más aún si se tiene en cuenta que las carreteras se llevan la vida de un millón de personas, una cifra que el coche autónomo puede reducir al 90%. No es la única razón que se palpa en el sector. El ser humano es social por naturaleza: quiere hablar en los viajes y conocer gente nueva. Por ello, si la conducción deja de importar y lo que prima es socializar, el coche autónomo se convierte en el socio perfecto para la movilidad colaborativa.

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