Las cifras no mienten. El informe “La visión en España 2020” en España pone de manifiesto que casi el 80% de la población padece algún problema visual. Pero según el Reglamento General de Conductores se debe conducir con una agudeza visual binocular de 0,5 (con o sin corrección); no obstante, como recuerda la DGT, cuanta mejor visión se consiga, mucho mejor, y si el conductor logra una visión superior al 0,5 con gafas o lentes de contacto, aunque no esté obligado, es imprescindible que las utilice.
En verano, la fuerte luminosidad puede empeorar nuestra visión al volante. Y las gafas de sol nos pueden ayudar a conducir de forma cómoda y a proteger nuestros ojos de la radiación solar –en especial ultravioleta– que puede llegar a dañarlos. Y por supuesto, quien necesite lentes graduadas para conducir, si quiere utilizar gafas de sol, éstas deben estar también graduadas.
Qué tipos de gafas de sol existen
Hay tres tipos de gafas de sol: tintadas o con recubrimientos, polarizadas y fotocromáticas. Las tintadas llevan en la lente moléculas embebidas que absorben la radiación, de forma uniforme o degradadas. Y las que tienen recubrimientos reflejan la luz, reduciendo los reflejos, pero son más delicadas, ya que el recubrimiento puede saltar por golpes o rayaduras.
Por su parte las polarizadas utilizan el efecto de la polarización para eliminar los reflejos. Simplificando mucho se puede decir que solo dejan pasar la luz en un sentido– aunque hay que comprobar que permiten ver las cada vez más frecuentes pantallas en los automóviles.
Las fotocromáticas cambian de color y de transmitancia cuando se exponen a la luz. Se activan (oscurecen) con bastante rapidez (unos 30 segundos) ante la radiación ultravioleta (UV), aunque con altas temperaturas no se activan. El inconveniente es el tiempo de desactivación: hoy por hoy, largo (3-5 minutos), lo que las hace desaconsejables para conducir.

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Los colores más recomendables
En cuanto al color de los cristales, los expertos recomiendan utilizar filtros grises, marrones o verdes “que no alteran la percepción del color”, recordando que los marrones “incrementan el contraste” y los verdes, “además de incrementar el contraste, reducen los reflejos y la fatiga ocular”.
Los cristales de color rosa también incrementan el contraste y reducen la fatiga ocular en usos prolongados, mientras que los amarillos, por bloquear la luz azul, pueden ser aconsejables en pacientes con patologías retinianas. La experta afirma que “no hay evidencia científica de que un color de cristal mejore la visión con determinadas ametropías. Sí se produce una sensación de mayor luminosidad, pero no mejora el detalle, no se produce mayor agudeza” y achaca el confort que señalan algunos pacientes al procesado neural de cada individuo.
Nunca lleves estas gafas de sol al volante
Nunca deben utilizarse al conducir ni gafas de sol fotocromáticas ni las de filtro de categoría 4. Con este tipo de gafas, al entrar en un túnel, la visión queda gravemente comprometida, ya que reducen tanto el paso de la luz (categoría 4) que es como conducir a ciegas, y el largo tiempo de adaptación de las fotocromáticas (3-5 minutos) reducen dramática y peligrosamente la visión.