El número de población reclusa por delitos relacionados con la conducción de vehículos a motor es cada vez más elevado, según el último Informe Integral sobre los delitos de seguridad vial y su incidencia en el Ámbito Penitenciario presentado por el Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska hace unos días. A 31 de diciembre de 2019, de los 50.129 reclusos totales, 1.159 tenían como un delito contra la seguridad vial como delito principal (el 2,3 por ciento), 877 de ellos únicamente un delito de este tipo. Pero hay más personas condenadas por este tipo delictivo, 3.383 tienen además otros delitos como causa principal, siendo 4.542 las personas privadas de libertad por algún tipo de delito relacionado con la seguridad vial, el 9 por ciento del total. ¿Cuál es el más numeroso?
En cuanto al tipo de delito, el más habitual aglutina a más de la mitad de los presos por delitos contra la seguridad vial, 54 por ciento han sido condenados por conducir sin permiso o sin vigencia del mismo; 630 personas, que infringieron el artículo 384 del Código Penal. En segundo lugar, los que fueron condenados por conducir de forma temeraria, violando el artículo 380 del CP, 194, un 16,7 por ciento. Le sigue el delito por conducción bajo la influencia de alcohol o bebidas análogas con 191 reclusos y 16,5 por ciento del total. A continuación la negativa a someterse a las pruebas de alcoholemia. A gran distancia, los conductores condenados por la negativa a someterse a las pruebas de alcoholemia, el 6 por ciento, 70 reclusos y la conducción con velocidad superior a la permitida cuando es considerada delito (superando los 60 km/h en vías urbanas y los 80 en interurbanas), 41, un 3,5 por ciento del total.
El perfil del preso por delitos relacionados con la conducción de vehículos a motor es un varón (el 97,3 lo son), de una edad media de 40 años, con condenas inferiores a tres años, siendo la condena media de 667 días (1,8 años).
El informe recoge también que de estos penados 26 se encuentran en prisión por estar acusados o condenados por homicidio imprudente con vehículo a motor. Esto representa el 20 por ciento de los homicidios imprudentes. Es decir que uno de cada cinco homicidios imprudentes se produce por un vehículo a motor.
Pero no todos van a la cárcel. El informe analiza la incidencia de estos delitos sobre las penas y medidas alternativas, que no implican prisión sino que obligan a las personas a realizar talles o programas de reeducación conductual, los trabajos en beneficio de la comunidad. En 2019 el número total de mandamientos de este tipo de trabajos ascendió a 80.935, de los que el 30 por ciento responden a delitos contra la seguridad vial.