La Dirección General de Tráfico continúa con su campaña de velocidad a 30 km/h en ciudades. Con ciudades como Bilbao o Madrid, ya con este límite máximo hasta en el 80% de sus calles (en las que tienen solo un carril y en el mismo sentido), y con San Sebastián, Vitoria, Valencia, Barcelona y Sevilla, también usándolo en muchos barrios y en todos sus centros históricos, la DGT vuelve a recordar los beneficios globales que se consiguen aplicando esta medida.
Así nos lo cuenta a través de sus redes sociales y de un interesante artículo en la revista Tráfico y Seguridad Vial. Rebajar en ciudad el límite a 30 km/h conseguiría, según la DGT, “reducir la accidentalidad, reducir el ruido ambiental, mejorar la calidad de vida y la movilidad de sus ciudadanos". Para ello, Tráfico aboga por convertir esta norma en una estrategia general de movilidad, que debe ser aprobada con el mayor consenso posible y acompañada de otras medidas para reducir el número de vehículos privados.
Según los datos que maneja la DGT, circulando a 30 km/h en ciudad el riesgo de que un peatón fallezca en un accidente de tráfico llega a reducirse en nada menos que un 90 por ciento, mientras que circulando por ejemplo a 40 km/h en vez de a 50 km/h (que es tradicionalmente el límite genérico en ciudad) el riesgo se rebaja en un 75 por ciento.
Para circular a 30 km/h en ciudad sobran razones 👉 El riesgo de que un #peatón 🚶 muera en #accidentetráfico puede reducirse un 75% si el conductor opta por circular a 40 km/h en vez de a 50 km/h, y en más del 90% cuando opta por circular a 30 km/h.
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) June 11, 2020
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Además, la DGT da en su artículo muchas más razones sobre la importancia de reducir la velocidad a 30 km/h en las ciudades, tal y como detallamos a continuación:
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Permitiría que los peatones y ciclistas se mezclen de forma segura con el tráfico motorizado.
- Los vehículos que cuentan con sistemas de seguridad para peatones son más eficaces a unas velocidades de 30-40 km/h, cuando aseguran casi por completo su efectividad.
Los errores de juicio al cruzar una calle son similares para los adultos jóvenes y los ancianos cuando el tráfico circula a esta velocidad reducida, pero es 19 veces mayor en el caso de los mayores si la velocidad aumenta a 50 km/h.
La DGT además cita como ejemplos de éxito a las ciudades de Irún y Pontevedra, que desde que aplican esta limitación de 30 km/h en prácticamente la totalidad de sus calles no han registrado ningún muerto en accidentes de tráfico.