El Grupo Volkswagen se convirtió en el mayor fabricante de coches a nivel mundial después de superar en ventas al Grupo Toyota en la primera mitad del año, pero los días de vino y rosas tienen cierto gusto amargo. Las consecuencias del escándalo protagonizado a raíz del falseo de los resultados de las pruebas de emisiones de gases, eficiencia energética y ruido están empezando a tener efecto: Corea del Sur ha prohibido la venta de casi todos los vehículos del grupo alemán.
Este martes el Ministerio de Medio Ambiente del citado país ha hecho pública su decisión de revocar los certificados que habían recibido ochenta modelos del Grupo Volkswagen (incluyendo los correspondientes a Audi y Bentley). Traducido a cifras, son 83.000 los coches afectados. La cosa no termina no ahí: por parte del Gobierno también habrá una multa de 14,3 millones de euros a pesar de que VW suspendió temporalmente la venta de algunos de sus modelos antes de que Corea del Sur aprobara la ley que prometía endurecer estas sanciones. No ha sido el único castigo económico impuesto; el pasado mes de noviembre, desde Seúl, llegó una multa de 11,4 millones de euros.
El resultado de las nuevas medidas que se han tomado arroja una cifra de 208.000 vehículos que han visto como su permiso para la venta era anulado, es decir, el 70% de los coches que Volkswagen ha vendido en Corea del Sur desde 2007. A pesar de ser un pequeño mercado, las marcas de gama alta estaban protagonizando un gran crecimiento antes del escándalo. Teniendo en cuenta esto, VW se ha puesto manos a la obra y aunque pretende solicitar un nuevo certificado que le permita reactivar las ventas, Corea del Sur ha dejado claro que no se lo pondrá nada fácil: además de examinar la documentación aportada, llevará a cabo rigurosas inspecciones y se plantea, incluso, viajar a Alemania.
La demanda de Baviera
Este no es el único frente de batalla del grupo alemán. Baviera presentará una demanda por daños y perjuicios a raíz del mismo escándalo. Markus Söder -Ministro de Finanzas- ha confirmado que el objetivo no es otro que el Grupo Volkswagen repare el perjuicio provocado por la caída de las acciones del fabricante alemán en la Bolsa y las pérdidas causadas al fondo de pensiones bávaro. Se trata del primer estado federado alemán en anunciar una demanda contra la compañía alemana, un paso impulsado por las enormes pérdidas de las acciones preferentes del grupo (hasta un 40 % de su valor). Y es que en aquel momento el ‘Land’ contaba con 58.000 participaciones preferentes como parte del fondo de pensiones para sus empleados públicos.
Baviera ha argumentado que el Grupo Volkswagen informó muy tarde sobre los riesgos y consecuencias económicas del escándalo mientras el grupo alemán sostiene que comunicó todo a su debido tiempo y de acuerdo con lo establecido. La iniciativa de Baviera ha puesto el balón sobre el tejado de Baja Sajonia, el segundo gran accionista de la compañía Volkswagen por detrás de la familia Porsche-Piëch. Es en este ‘Land’ donde se encuentra la sede central y el consejo de vigilancia de Volkswagen; concretamente en la ciudad de Wolfbsurgo. Por el momento, han comunicado que se mantendrán a la expectativa ante lo que decida la Fiscalía y que por el momento no se plantea seguir el camino recorrido por Baviera.
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