Encontrar el mejor precio a la hora de comprar un coche es complicado. Pero lo es mucho más encontrar verdaderas gangas en el mercado de ocasión. Como seguro que has escuchado muchas veces “nadie da duros a pesetas” y los coches a precio de saldo o no son fiables o son dificilísimos de encontrar.
Sin embargo, hay una vía que poca gente se plantea y con la que podemos probar suerte si buscamos un coche realmente barato. Hablamos de las subastas del Estado. Estos vehículos son requisados por diferentes motivos y, cuando se encuentran en buen estado, se sacan a subasta para recuperar parte del dinero perdido.
De hecho, esta fórmula se ha impulsado en los últimos años desde los propios ayuntamientos y las comunidades autónomas para dar salida a vehículos de alta gama que habían sido adquiridos durante los años de la burbuja o han sido protagonistas de alguna trama corrupta. Por ejemplo, en 2011 el Gobierno de Castilla-La Mancha intentó encontrar un comprador para un Audi A8 blindado que la propia Comunidad Autónoma había adquirido en 2007. La subasta del coche quedó desierta pese a partir de 157.000 euros y haber costado el coche 377.000 euros en el momento de la compra.

¿Cómo funciona una subasta del Estado?
Pero, al contrario que este vehículo de lujo y blindado, en la mayor parte de subastas del Estado se seleccionan coches que bien pueden hacernos un buen uso para el día a día, interesantes deportivos más baratos que en el mercado de segunda mano o se presentan grandes oportunidades para los amantes de los clásicos.
Para acceder a estas subastas electrónicas sólo tenemos que acceder al Portal de Subastas del Estado y, allí, seleccionar la pestaña “Todos los vehículos”. Un mapa nos mostrará con colores cuáles son las provincias donde se están llevando a cabo estas subastas y toda la información correspondiente a cada vehículo.
Como es evidente, quienes quieran hacerse con uno de estos coches les gustará saber el estado en el que se encuentran, por lo que se especifica el depósito donde el coche está guardado, así como su matrícula, el número de kilómetros recorridos o si el bien tiene o no cargas adicionales.
Además, en los detalles de cada puja también se especifica el valor que tiene cada coche, tasado por un profesional, así como el importe mínimo o de salida de la subasta. Pese a ello, la mayor parte de los vehículo carecen de este importe mínimo, por lo que si nadie más se suma a la misma podemos, incluso, hacernos con un coche por apenas unos pocos centenares de euros.