Cada país dedica el 5 por ciento del PIB a solucionar el impacto del automóvil

El siglo XX se cerró con más de 35 millones de muertos en las carreteras de todo el mundo, pero los daños ocasionados por el coche no quedan ahí. La contaminación, las enfermedades y las horas de trabajo perdidas a causa del tráfico rodado acaparan, cada año, una media de más del 5 por ciento del PIB de los países industrializados.

Según el informe "El estado del Mundo", elaborado por el centro de estudios norteamericano Worldwatch Institute, los accidentes de tráfico y los demás impactos sociales y ambientales derivados del uso del coche ocasionan unos costes económicos equivalentes al 5 por ciento del Producto Interior Bruto que generan los países industrializados.
La contaminación del aire, las horas de trabajo perdidas por los atascos, el ruido, los terrenos destinados a la construcción de carretera y un largo etcétera de consecuencias derivadas del tráfico rodado merman considerablemente la riqueza de las naciones.
No hay un modelo común para determinar los costes del uso del coche, pero se sabe que el conductor no asume la mayoría de estos gastos. Los impuestos que gravan los combustibles y los vehículos y las tarifas para usar las carreteras, como son tasas o peajes, no cubren estas pérdidas económicas. Concretamente, en Gran Bretaña, estos costes (incluida la congestión del tráfico, el deterioro de las vías y los accidentes) triplica el dinero recaudado por impuestos a los conductores.
El coste anual en pérdidas de productividad por muertos y heridos rondan los 90 billones de pesetas, una cantidad que se ve notablemente incrementada por el gasto medioambiental que provoca el uso del automóvil.

El gasto medioambiental
En algunas partes del mundo, la polución mata a más personas que los accidentes. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante 1996, en Francia, Austria y Suiza, la mortalidad prematura generada por las emisiones contaminantes de los coches duplicaba la de los accidentes de tráfico.
El tráfico en los países industriales es el principal emisor de dióxido de carbono, el principal gas causante del efecto invernadero. La proporción de CO2 en la atmósfera procedente del uso del coche ha pasado de un 17 por ciento en 1971 al 23 por ciento en 1997.
Si quieres saber más del tema,

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