El pasado 20 de julio, junto con las modificaciones aprobadas para la Ley de Tráfico, entró en vigor un cambio legal que afecta a los accidentes de circulación en los que haya implicados animales en libertad. Estas novedades, recogidas en la Disposición Adicional Novena de la Ley 17/2005, estipulan que puede haber tres causantes en estos accidentes: un conductor infractor, un propietario de terrenos negligente o bien la Administración, por no haber conservado mejor la vía y su señalización.
Para CEA, esta casuística no es satisfactoria, pues considera que, tal y como se ha redactado la ley, lo único que se va a fomentar es la “litigiosidad" en casos de gravedad, ya que “es difícil demostrar una infracción en la circulación y los dueños de los aprovechamientos cinegéticos es probable que no paguen hasta que no se demuestre su falta de diligencia en el terreno".
Así, CEA cree que el Legislativo se ha equivocado al rehacer una normativa que ya estaba recogida en la Disposición Adicional Sexta de la Ley 19/2001 y que no era necesario tocar otra vez. Aseguran, por tanto, que ahora resulta más complicado estipular de quién es la culpa en un accidente y, por tanto, cobrar indemnizaciones o sanciones.
Desde Automovilistas Europeos Asociados, otro gran club de defensa de los conductores, se señala que este cambio, además, hace especialmente "responsables a los conductores de los propios vehículos accidentados". Señalan en AEA que la normativa establece que "en accidentes de tráfico ocasionados por atropellos de especies cinegéticas será responsable el conductor del vehículo cuando se le pueda imputar incumplimiento de las normas de circulación".
Para los expertos de AEA, esto quiere decir que "bastaría cualquier incumplimiento de las normas de tráfico, aunque no tuviera relación directa alguna con el accidente (por ejemplo, no llevar encima la documentación del vehículo) para atriburi la responsabilidad al conductor.
Desde ADEA se señala que esta complicación legal beneficia a los propietarios de los cotos de caza y a las comunidades autónomas, que, hasta ahora, tenían que asumir el pago de las correspondientes indemnizaciones.La cuestión planteada por CEA no es baladí. Cada año, muchos miles de animales son atropellados en nuestras carreteras y, desgraciadamente, en muchas ocasiones estos incidentes producen víctimas.Según los datos de CEA, este tipo de accidente deja cada año unas 600 víctimas entre heridos y fallecidos, amén de grandes daños materiales y un reguero de animales muertos que puede llegar hasta los 10 millones (sin contar los invertebrados).
Sólo en 2003, se produjeron unos 398 accidentes en los que había animales involucrados. De esta cantidad de siniestros se deduce un trágico balance de 21 muertos y un total de 572 heridos. Todavía peor fue el año 1999, cuando se registraron 487 accidentes con 704 víctimas (18 de ellas, mortales).
En el desglose por comunidades autónomas, la que se lleva la peor parte es Castilla y León. Su gran extensión y las muchas zonas rurales y de montaña que incluye hacen que sus carreteras resulten especialmente sensibles a este problema. Las provincias de Soria y Ávila son las que más incidentes sufren.
En Andalucía y Extremadura también abundan los accidentes con animales, mientras que en Baleares, Murcia y la Comunidad Valencia se encuentran las tasas más bajas. Por especies animales, los más frecuentes en este tipo de siniestro son las vacas, los caballos y los perros, estos últimos, sobre todo, en verano, que es cuando más son abandonados.
Entre las especies salvajes, la que más problemas plantea es el jabalí, que, en algunas zonas, vive una etapa de sobreabundacia. Los ciervos y los conejos también sufren bastante presión por parte de los coches. Lo mismo cabe decir de los linces, que, además, corren un riesgo extremo de extinción.
En la AEA, por su parte, proponen una serie de medidas que permitan evitar una buena cantidad de estos accidentes. Dicen que es tan sencillo como colocar barreras de olor, espejos reflectantes y mejores cierres y alambradas en los cotos de caza.*Según revela el estudio elaborado por CEA, la mayor parte de los accidentes ocurre en carretera y, en menor número, en zona urbana. Por ello, se recomienda a todos los conductores, sobre todo, precaución en las zonas donde puede ser probable que salga un animal a la vía.
* Se consciente de esa posibilidad, evitando la sorpresa. Cumple estrictamente las limitaciones de velocidad en las zonas en que estén señalizadas con la señal "peligro animales".
* Si conduces por una zona donde es probable que se cruce un animal, modera tu velocidad y permanece muy atento a lo que sucede en la carretera.
* No te distraigas cambiando de música o poniendo el aire acondicionado.
Además CEA aconseja que si ha ocurrido un accidente con un animal, el conductor del vehículo implicado debe poner en conocimiento de la autoridad competente la situación, para que los responsables de la zona puedan retirar inmediatamente al animal de la vía, ya que existe el peligro inminente de provocarse un segundo accidente. Esto es debido a dos causas: la primera, el movimiento incontrolado del animal asustado y, la segunda, que el animal fallecido puede servir de comida para otras especies y atraerlas hacia la calzada.