Madrid Central, la medida estrella del programa de Manuela Carmena y una de las principales fuentes de ataque del nuevo Gobierno del Ayuntamiento de Madrid al antiguo Consistorio, seguirá centrando gran parte de los titulares en los próximos días en materia de movilidad.
La llegada de Martínez-Almeida a la alcaldía de Madrid supondrá evidentes cambios en la gestión de la movilidad, pues ya se habla de una reconversión de Madrid Central, el apagado de semáforos en la entrada de la A-5 a su paso por Campamento o el estudio de un soterramiento de la Gran Vía.
¿Adiós a Madrid Central?
Si en algo coinciden el Partido Popular, Ciudadanos y Vox es en asegurar que Madrid Central ha fracasado. Según los líderes de los tres partidos, la zona de restricción a la contaminación tiene que ser modificada, pero Martínez-Almeida tendrá que moverse entre las aguas de Ciudadanos, quienes proponen un rediseño de la zona pero mantener algunas restricciones al paso de vehículos, y las de Vox, quienes esperan resolver el entuerto liberando el paso a cualquier vehículo.
De momento, el nuevo alcalde ya ha anunciado en una entrevista a El Mundo que las multas de Madrid Central van a dejar de aplicarse a partir del 1 de julio. Si esto sucede, el tráfico volverá a estar abierto en el centro de Madrid, especialmente en sus ejes principales (Gran Vía, Calle Mayor-Alcalá y San Bernardo), ya que sí se mantendrían las cuatro Áreas de Prioridad Residencial (APR) que se establecieron durante el mandato de Ana Botella.
Además, estos nuevos cambios tendrán que contar con el beneplácito de la Unión Europea y su Comisariado de Medio Ambiente. Karmenu Vella ya avisó hace unas semanas que si España no está denunciada por el organismo europeo es por medidas como Madrid Central y que eso puede cambiar si la situación se revierte. Además, Equo también ha anunciado que en caso de que el proyecto cambie de filosofía, los ecologistas denunciarán al Ayuntamiento de Madrid ante las instituciones europeas.
Fin a los semáforos de la A-5
Lo que parece que dará muchos menos problemas a Martínez-Almedia es el paso de vehículos por la entrada de la A-5. El proyecto de Manuela Carmena buscaba reconvertir la zona reduciendo el tráfico y quitando los carriles disponibles, aumentando las zonas verdes y facilitando el cruce a pie entre el barrio de Aluche y la Casa de Campo. El primer paso fue la activación de dos semáforos que han levantado mucha polémica.
Con los semáforos, los atascos se han multiplicado para entrar a Madrid, especialmente en la hora punta y Martínez-Almeida está dispuestos a eliminarlos. Parece que pronto se volverá a la situación anterior, con una circulación sin interrupciones, pero también se ha hablado de un soterramiento en esa zona.
Tanto el Partido Popular como Ciudadanos llevaban en su programa el soterramiento de la entrada de la A-5, conjugando el paso del vehículo privado por el interior del túnel con el traslado de viajeros en autobuses públicos por la superficie. Y en la entrevista de El Mundo, Martínez-Almeida asegura que será una de las medidas que antes pondrá en marcha.
Además, otro de los soterramientos que el nuevo alcalde espera llevar a cabo es el de la M-30 a la altura del estadio Vicente Calderón. Actualmente es una zona en la que los coches vuelven a la superficie debido al complejo deportivo. Sin embargo, con la desaparición de este, esperan revertir esa situación.
Túnel de Gran Vía
El último gran proyecto que Martínez-Almeida quiere hacer frente es a la propuesta de Vox de soterrar la circulación a su paso por Gran Vía y aprovechar el espacio para crear espacio de aparcamiento.
Sin embargo, pese a que el dirigente se ha mostrado bastante seguro en sus intenciones de revertir Madrid Central o soterrar las zonas anteriores, sobre este proyecto apenas ha confirmado que “es una propuesta que nos ha hecho Vox y toda propuesta que implique un estudio de soluciones que pueden ser alternativas a una ciudad como Madrid nos parece razonable.(…) Vox nos ha solicitado que, por lo menos, se pudieran hacer los estudios correspondientes y no tenemos ningún problema".
Se estudiará, pero parece que el grado de implicación del Ayuntamiento de Madrid con este proyecto no es tan fuerte como en los casos anteriores.