El futuro de la producción petrolífera se debate en Viena

Viena se está convirtiendo durante estos días en el centro neurálgico del mundo industrial. En esta ciudad austríaca se debatirá la conveniencia o no de aumentar la producción de petróleo por parte de los países miembros de la Opep.

En el seno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) se da una lucha de poder para establecer exactamente en cuánto se va a aumentar la producción de crudo. Dos posturas se enfrentan en este tema. Una es la comandada por Arabia Saudí, la principal productora de la organización, que defiende un incremento cercano al millón de barriles diarios. De acuerdo se han mostrado Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Liderando la postura contraria se encuentra Irán, que ha señalado que no aceptaría una subida superior al medio millón de barriles por día e incluso se conformaría con la situación actual; en este respecto está apoyado, de forma bastante moderada, por Libia y Argelia. De esta manera, los expertos han establecido que la subida más probable se sitúe entre los 600.000 y 700.000 barriles por día. Este incremento, de producirse, no tendría los efectos de bálsamo que muchos quieren ver. En primer lugar, únicamente oficializaría una situación que se viene produciendo desde hace unos meses: todos los países de la Opep venden más "oro negro" del que viene establecido en sus cuotas. Por otras parte, y según analistas del sector, aun subiéndose la producción, la demanda de gasolina seguirá aumentando. El motivo se debe al nuevo tipo de combustible que se comercializa en Estados Unidos y que se vende desde el 1 de junio pasado para reducir las emisiones contaminantes. Este carburante, denominado "gasolina reformada", tiene un alto coste de fabricación y para ello necesita un tipo de crudo llamado "sweet", que no es el que principalmente exportan los países de la Opep.
El crudo "sweet" lo exporta sobre todo Nigeria, por lo que depende en gran parte de la inestable producción del país africano. La cautela, sin embargo, se ha apoderado de la Opep ante el temor de que ocurra algo similar a lo sucedido en 1998. En este año, un aumento de la producción provocó, a causa de determinados factores relacionados con la oferta y la demanda, un descenso de más de un tercio del precio del petróleo.