La banda de la A-7 vendía tarjetas duplicadas al extranjero

La magnitud de la estafa llevada a cabo por la denominada banda de la A-7 crece por momentos. La policía sospecha que las tarjetas de crédito duplicadas en los peajes manuales eran vendidas por la organización a otros colectivos delincuentes de diferentes países de Europa.

La investigación sobre el fraude detectado en los peajes manuales de la autopista A-7 continúa deparando sorpresas y aumentando la magnitud de la estafa. Fuentes policiales han declarado que existen sospechas de que, ante el ingente número de tarjetas de crédito duplicadas, la organización vendía información bancaria a delincuentes de otros países.

El cerebro de la trama, Julián Díaz Valle, supuestamente contactaba con otras organizaciones extranjeras para cederles las bandas magnéticas copiadas a cambio de cuantiosas cantidades de dinero. Ahora, los Mossos d´Esquadra –la policía autonómica catalana- buscan a varias personas, casi todas de nacionalidad rumana, que podrían estar implicadas en expandir el fraude por otros países, aunque se desconocen todos los detalles.

Sin embargo, la investigación va poco a poco aclarando todos los hechos. A pesar de lo que en un principio se presuponía, la reventa de electrodomésticos y videoconsolas adquiridos mediante las tarjetas falsificadas no suponía el principal modo ingreso económico de la banda. Según fuentes policiales, la mayor cantidad de dinero lo conseguían con la creación de empresas fantasmas.

Una vez creadas estas entidades, Díaz solicitaba en los bancos un datófono -terminal de cobros de tarjetas-. Luego, la organización comprobaba la cuantía económica de cada tarjeta a través de Internet y mediante estos datófonos las vaciaba. El dinero adquirido era desplazado posteriormente a una cuenta creada a nombre de una empresa inexistente.

Julián Díaz está en prisión desde el pasado sábado y sus cuentas bancarias han sido ya canceladas por autorización del juez que instruye el caso. No obstante, los investigadores sospechan que la mayoría de dinero no se encuentra en España, sino en cuentas de la República Dominicana, donde el cerebro de la trama dispone de una mansión.

En total, ya son más de 200 las denuncias presentadas por fraude y se calcula que unas 60.000 tarjetas han sido duplicadas, en la que se ha convertido en una de las mayores estafas de los últimos años. La cuantía del fraude aún se desconoce por completo, pero los cálculos apuntan a varios millones de euros.