“Es el recorrido que hago todos los días con este coche y no sé lo que ha podido pasar". Esta frase resume la filosofía de los cursos de perfeccionamiento de la conducción. Es muy importante que todos los conductores nos concienciemos de que, aunque el trazado de la vía se mantenga, la carretera varía de un día para otro o de una hora a otra (condiciones atmosféricas, posibilidad de retenciones, etc); el vehículo no siempre reacciona de la misma manera ante situaciones similares y, por supuesto, nosotros, como conductores, no nos enfrentamos a las sorpresas de la conducción desde el mismo punto de vista. En los cursos de conducción se pretende “entrenar" a los conductores, para que, llegado el caso, sepan reaccionar lo mejor posible para evitar un siniestro fatal. Autopista Online compartió hace unas semanas uno de estos cursos con algunos comerciales de una firma automovilística en Tepesa . Este es el diario de nuestra jornada. 8:37 h. El lugar de encuentro es Tepesa, en Brunete (Madrid). Como de costumbre, he calculado mal el tiempo y me he retrasado un poco más de lo que debiera. La frase “más vale perder un minuto en esta vida, que la vida en un minuto" me va a venir de perlas. Tengo claro que no debo correr por una carretera que no conozco. Cuando llego, mi compañera Noemí conversa con el director de Formación del circuito, Javier Cabanas, y la disculpa se diluye en los saludos. Debemos comenzar las clases.
8:45 h. Entramos en el aula. El profesor que nos va a acompañar toda la jornada, Pedro Hernández, se presenta y entra en materia. El objetivo del curso es muy simple y sorprendente: tenemos que aprender a mirar. ¿Y qué tiene eso que ver con la conducción? Nos lo va a demostrar a lo largo del curso, para que lo entendamos. Antes de ello, desvía el tema y comienza con las explicaciones. Una de las cosas más importantes es la posición al volante. Nos detalla cómo hay que colocar el asiento: tan cerca de los pedales que la pierna izquierda quede un poco flexionada cuando se pisa el embrague a fondo. La posición del respaldo de la butaca nos debe permitir tocar con las muñecas la parte superior del volante. La altura del asiento debe posibilitar al conductor el control visual de la parte delantera del automóvil. Por supuesto, esto depende del coche y de la altura del conductor. Si el vehículo dispone de reposapié, el pie debe situarse correctamente, para servir de apoyo al cuerpo y mantenerlo derecho y colocado en el asiento.
La regulación de espejos, la colocación del reposacabezas y la necesidad de ponerse el cinturón se dan (casi) por asumidos". De todas formas, Pedro insiste en la necesidad imperiosa de colocarse correctamente el cinturón en todas las situaciones. Es cierto que muchos de los fallecidos en accidentes de tráfico sólo hubieran resultado heridos, si hubieran llevado puesto el cinturón de seguridad. Tepesa es una empresa dedicada a impartir formación en varias áreas (incendios, supervivencia en el mar y conducción). El sector que nos interesa es el de la conducción. Tepesa cuenta con unas instalaciones de 75.000 metros cuadrados en Brunete (Madrid) y con un circuito de 1,2 kilómetros diseñado para reproducir las situaciones críticas que nos podemos encontrar al volante.
En Tepesa trabajan ocho instructores de conducción, que han sido formados en diversas escuelas nacionales e internacionales. Desde que se empezaron a dar este tipo de cursos, por la escuela han pasado más de cinco mil alumnos, tal y como nos explicó su director de Formación de Conducción, Javier Cabanas.
Uno de los fuertes atractivos de esta instalación son los reproductores de situaciones críticas (skid-cars). Se trata de una plataforma con cuatro ruedas sobre la que se monta un vehículo. Dicha plataforma, mediante las órdenes de un mando que maneja el profesor, consigue que el coche sobrevire o subvire de manera espectacular, para que el conductor analice la situación y obre en consecuencia.
Pedro Hernández, uno de los instructores que imparte cursos en Tepesa, nos comentó que, si lo deseaba, podía conseguir que el alumno no pudiera ni arrancar el automóvil mediante por los bruscos movimientos del simulador.