Al volante 0,0. Porque de si algo estamos seguros es que la mejor manera de no dar positivo en un control de alcoholemia y/o drogas es no tomar ni una gota de alcohol y, por su puesto, nada de drogas. Pese a ello, hay quien todavía cree que puede saltarse estos controles con falsos mitos que son sólo eso, falsos mitos.
El tiempo es igual para todos
Seguro que lo has visto más de una vez. “Me tomo dos copas, que no voy a coger el coche hasta dentro de tres horas". Pues debes saber que, además de peligroso, esto tampoco te librará de una sanción. Porque dos, tres o cuatro horas no son tiempo suficiente para que el alcohol haya desaparecido de nuestra sangre.
Además, ten en cuenta que no es lo mismo tomarse una cerveza u otro tipo de bebida con una graduación baja en alcohol que beber una copa con 40 grados de alcohol. Pero, además, en el caso de las drogas hay sustancias que permanecen decenas de horas (algunas incluso días) en nuestro organismo, por lo que es suficiente para dar positivo pese a haber consumido un día antes.
De igual modo, ni dormir ni pasar el tiempo haciendo deporte ayudan a reducir más rápido el nivel de alcohol o drogas en sangre. Cualquiera de las dos situaciones son inútiles y únicamente funcionan porque ha pasado el tiempo suficiente para eliminar las sustancias de nuestro organismo.
Ni café, ni bebida energética, ni limón…
Otro de los grandes mitos relacionados con los controles de drogas es que la ingesta de algunas bebidas puede reducir o eliminar el volumen de alcohol lo suficiente para no dar positivo en un control de alcoholemia.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El café, por ejemplo, se cree que puede eliminar o reducir la concentración de droga en la saliva. Lo mismo sucede con la ingesta de zumo de limón pero lo único que sirve es para aumentar el volumen de saliva en la boca. Ninguna de las dos bebidas tiene un efecto sobre la concentración. Lo mismo sucede con el agua.
Mucho más desaconsejable es la ingesta de bebida energética, ya que las composiciones con las que están fabricadas no sólo no eliminan el alcohol o la droga de nuestro organismo. Además, son peligrosas cuando se consumen mezcladas con grandes dosis de estas sustancias, produciendo incluso muerte súbita en algunos casos.