No se antoja tan lejos el año 2012, ¿verdad? España ganaba la Eurocopa de fútbol, los Juegos Olímpicos se celebraban en Londres, se estrenaba Lo Imposible en cines y decíamos adiós a Sancho Gracia o a Tony Leblanc. Y también se matriculaban 7 vehículos Diesel por cada 10 coches vendidos. Sí, el 68,9 por ciento de las matriculaciones estaban movidas por este tipo de combustible, cifras incomparables con la situación actual.
Y es que España es el tercer país de Europa en el que más han bajado las ventas de coches Diesel en los primeros siete meses del año, tan sólo superados por Eslovenia y Croacia. La bajada de matriculaciones Diesel se ha sentido en todo el continente, pero en ningún sitio como en España, pues hay que tener en cuenta que en apenas seis años se han pasado de matricular un 68,9 por ciento de vehículos Diesel al 36,9 por ciento actual.
Pese a ello, la media de matriculaciones de coches movidos por Diesel sigue siendo ligeramente superior a la europea, que a día de hoy se encuentra en un 36 por ciento. Sin embargo, hay que tener en cuenta el derrumbe que se ha producido en los últimos dos años, pues aunque el descenso es continuo desde 2012, éste se ha agudizado a partir de 2016 (con el 56,8 por ciento de las matriculaciones). Estamos hablando de un descenso del 20 por ciento en los últimos 24 meses.
Y la tendencia continúa, porque si comparamos el mes de julio de 2017 (384.333 matriculaciones Diesel) con 2018 (318.631) se observa una caída del 17 por ciento. Desde ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) ponen el acento en la incertidumbre generada desde las esferas políticas.
Gasolina, los grandes beneficiados
Si la caída del Diesel ha sido llamativa, el crecimiento de los automóviles gasolina sólo se ha visto frenada (y en una pequeña parte) por los automóviles movidos por energías alternativas (gas y electricidad), que del 1,4 por ciento de 2012 ha pasado al 6,2 por ciento este año.
Como decimos, los automóviles que han conseguido dar la vuelta a la situación son los gasolina, que en 2012 representaban un 29,6 por ciento por el 57 por ciento que ocupan hoy en día. Una situación que ya ha levantado voces señalando que esta tendencia puede ser más perjudicial para el medio ambiente que la situación anterior, pues el auge de los motores de gasolina también provoca un crecimiento de los niveles de CO2 respecto a los gases emitidos por los automóviles Diesel.