Después de años poniendo el acento en el consumo del alcohol y drogas y, en los últimos tiempos, en el uso del teléfono móvil, aspectos todos ellos relacionados en gran medida con los conductores más jóvenes, Pere Navarro ha hecho público que la DGT está preocupada por los datos que ofrecen los conductores más veteranos.
Según los cálculos de la DGT, entre los mayores de 65 años fallecidos en accidentes de tráfico, seis de cada 10 eran los conductores y la cifra se incrementa hasta el 82 por ciento si el choque se produce en vía urbana. Así, de los 489 muertos en ciudad en accidentes de coche en 2018, 415 eran mayores de 65 años. En total, el 27 por ciento de las personas totales que perdieron la vida en vías urbanas e interurbanas el año pasado estaban dentro de esta franja de edad.
Estas cifras ha hecho saltar la alarma en Tráfico y ha hecho que Pere Navarro asegure que “nos hemos pasado años denunciando la irresponsabilidad de los jóvenes, pero ahora son los mayores los irresponsables", en palabras recogidas por Diario Vasco. Por ello, en el organismo ya se plantean una campaña de concienciación para los mayores en los que se les haga ver los peligros que entraña coger un coche sin la salud necesaria.
Hay que tener en cuenta, según datos del INE en nuestro país hay 408.307 conductores por encima de los 74 años y 590.630 personas con carné por encima de los 70 años. Tal y como recogimos en este reportaje, la mayor parte de los conductores con problemas para ponerse al volante cuenta con limitaciones físicas, pero también los hay que presentan problemas psicológicos. Y es que muchos de ellos son conscientes del peligro que supone que cojan un coche, pero a algunos no les queda más remedio, por lo que, en ocasiones, pecan de un exceso de conservadurismo que provoca situaciones peligrosas.
#BalanceSiniestralidad2018
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) 15 de julio de 2019
Los mayores de 65 años son el grupo de edad con más fallecidos (496).
Son el 19% de la población y el 27% de los fallecidos.
El 62% en #carretera y el 38% en ciudad. pic.twitter.com/Z6HkPykorh
Posibles restricciones
Para que los conductores se sientan seguros y no supongan un peligro para el resto de los usuarios de la vía, los exámenes psicotécnicos deben vigilar las capacidades físicas de quienes se ponen al volante, por lo que pueden entregar el carné de conducir con algunas restricciones.
Si los examinadores o un juez consideran que una persona no está plenamente capacitada para conducir, pueden entregar el carné con algunas limitaciones. Este es el caso de un anciano de 88 años que fue detenido por la Guardia Civil a 156 km/h cuando un juez le había obligado a mantenerse por debajo de los 90 km/h, tal y como recoge 20 Minutos.
Y esta no es la única restricción que se puede poner a los conductores mayores. Si el examinador así lo considera, los tiempos entre prueba y prueba del psicotécnico pueden acortarse, pero también limitar la conducción a días con visibilidad suficiente o, más tarde de una hora después del amanecer y una antes del atardecer.
El principal problema es la vigilancia que puede hacerse de estos conductores. Pensemos en un anciano que tenga prohibido circular de noche y a más velocidad de 90 km/h pero ignore estas normas y lo haga de madrugada a 110 km/h. ¿Qué motivo tiene la Guardia Civil para detener a un automóvil que se mueve cumpliendo las normas generales de circulación?
Para evitar estas situaciones, los países han tomado distintas medidas. En España, a menos que el examinador así lo considere, un conductor debe enfrentarse al psicotécnico cada cinco años una vez pasado los 65 años de edad. Un plazo muy grande en comparación a Portugal, donde el examen es requerido cada 2 años una vez superados los 70. En Dinamarca los mayores de 80 años tienen que examinarse anualmente y en Finlandia la entrega del carné depende del médico de cabecera a partir de los 70 años, que marcará los plazos que estime oportunos.