La última vez que te hablamos de este suceso, que no es ni mucho menos nuevo, fue hace menos de un mes, a mediados de agosto. Entonces te contamos ya, y te mostramos en vídeo, cómo la Policía trataba en Europa de identificar al piloto de un supuesto Fórmula 1 rojo que circulaba por carreteras del continente. Vídeos en redes sociales mostraban desde hace años al bólido circulando por medio del tráfico en autopistas e, incluso, repostando en gasolineras, ante la sorpresa y el estupor de trabajadores y usuarios de las vías.
Era uno de los grandes misterios de las carreteras de la UE, y la policía de la República Checa, donde se vio rodando por última vez, emitía una orden de identificación y detención contra este supuesto “piloto”, que circulaba siempre con caso a bordo del vehículo, captado también por cámaras de autopistas. Las dudas sobre si los paseos repentinos de este coche de Fórmula eran realmente espontáneos o respondían a campañas de marketing y a motivos publicitarios merodeaban ya a las autoridades y a la opinión pública.
Arrestado el piloto tras un operativo con varias patrullas y un helicóptero
Pues bien, hoy conocemos gracias a nuestros compañeros de Auto Motor und Sport, en Alemania, que el misterio se ha resuelto. Y es que la policía por fin ha detenido a un hombre de 51 años, acusado de ser el piloto del bólido fantasma. El suceso ocurrió este pasado domingo por la mañana, en Buk, una ciudad situada a 60 kilómetros al suroeste de Praga, en la República Checa.
Las autoridades han confirmado que el operativo se realizó con varias patrullas y un helicóptero. El conductor salió del vehículo todavía con su traje de carreras y con el casco puesto, negándose incluso inicialmente a seguir las instrucciones dadas por las autoridades. Finalmente, fue arrestado y la propia familia ha publicado vídeos de la operación en su canal de YouTube "Track-Zone".
El monoplaza rojo apareció por primera vez en 2019 y ya estaba documentado en las redes sociales desde ese momento. Después, durante años, el conductor permaneció sin posibilidad de rastreo hasta que el pasado mes de agosto, como ya te hemos contado, fue visto de nuevo y filmado en la autopista D4 al suroeste de Praga. Este viaje condujo a una nueva investigación y, finalmente, a su arresto.
El bólido, un Dallara GP2/08 de la antigua GP2 no homologado para circular en carretera
La fiscalía ha confirmado ahora que, en contra de lo pensado inicialmente, el vehículo no es un coche de Fórmula 1, sino un Dallara GP2/08. El modelo proviene de la antigua serie GP2, una clase predecesora de la Fórmula 2 actual. Con un motor V8 atmosférico de 4,0 litros de cilindrada y alrededor de 600 CV de potencia, el vehículo fue construido exclusivamente para carreras y no está aprobado ni homologado para el tráfico rodado. Entre otras cosas, le faltan matrículas, sistemas de iluminación y equipos de seguridad.

El hijo del conductor, que publica videos en el mencionado canal de "TrackZone" junto con su padre, ha criticado en las últimas horas el arresto, asegurando que “la acción policial fue desproporcionada” y enfatizando que los viajes siempre habían sucedido sin problemas: “Todo el mundo sabe que el automóvil ha estado circulando por la autopista desde 2019 y la gente se ha acostumbrado”. Según su información, el automóvil no conducía a más de 200 km/h… aunque la velocidad máxima permitida en la República Checa es de 130 km/h.
La policía, por otro lado, ha señalado la situación de peligro a la que se exponían todos los usuarios cada vez que este bólido salía a la circulación. Los coches de carreras lógicamente no son adecuados para su uso en el tráfico rodado, según ha explicado una portavoz. Según las autoridades, el conductor se enfrenta ahora a una prohibición de conducir y a una multa de varios miles de coronas.
Antecedentes y consecuencias jurídicas
Ya en el verano de 2025, la policía anunció que revisaría a los conductores de los vehículos de escolta y evaluaría las grabaciones de las cámaras. Los investigadores también habían documentado infracciones en este bólido de Fórmula como conducir sin licencia, falta de seguro, uso de la carretera sin viñeta y posibles excesos continuados de velocidad.
Según la ley checa, se pueden imponer multas de hasta 50.000 coronas (aproximadamente 2.000 euros) por estas infracciones. Además, se incluyen prohibiciones de conducir de 6 a 18 meses. Si se prueba una infracción significativa por exceso de velocidad o una carrera callejera ilegal, también es posible que se impongan penas de prisión.