1ª generación
El primer M5 (1984-1987) incorporaba el propulsor del mítico BMW M1, con 286 CV, y la carrocería de la Serie 5, pero con ligeros retoques estéticos. Aceleraba de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y alcanzaba 245 km/h, cifras propias de un Porsche 911. Era un coche delicado de conducir al que no había que perder el respeto, pues su nivel de potencia no era nada habitual.
2ª generación
La siguiente edición (1988-1995) superaba la barrera de los 300 CV, concretamente rendía 315 CV, aunque llegó a los 340 CV en su última evolución, lo que le permitía un nivel de prestaciones excelente: de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos y 250 km/h de velocidad máxima autolimitada electrónicamente. En su momento era el motor de seis cilindros en línea más poderoso de la marca. Aparte de las mejoras efectuadas en el tren de rodaje se podía adquirir, opcionalmente, un kit aún más deportivo denominado Nürburgring. En 1992 se lanzó una versión Touring, de carrocería familiar.
3ª generación
El tercer BMW M5 (1998-2003) incorporaba un propulsor V8 de 5.000 cm3 y 400 CV. Con semejante despliegue de fuerza, cubría el 0 a 100 km/h en 5,3 segundos. La velocidad punta, como de costumbre, estaba limitada electrónicamente a 250 km/h, cifra que se alcanzaba en un abrir y cerrar de ojos. Los ritmos que proporcionaba en largos desplazamientos, junto con un elevado confort de marcha, le convertían en uno de los automóviles más rápidos y placenteros para viajar.
4ª generación
En 2004 llegó la cuarta edición, con su espectacular propulsor V10 de 5 litros y 507 CV, cambio secuencial SMG de 7 velocidades y sistema launch control para acelerar de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos. Era el último BMW M5 atmosférico, también disponible con carrocería familiar. A través de sus menús de configuración se podían seleccionar varios niveles de potencia del motor, además de la velocidad de actuación del cambio y de la dureza de las suspensiones.
5ª generación
"Víctima" de la necesidad de reducir emisiones, la generación actual ha vuelto a emplear un motor V8, pero sobrealimentado por dos turbocompresores. Con cambio de doble embrague DKG y nada menos que 560 CV, es el más rápido hasta la fecha: 4,3 segundos en el paso de 0 a 100 km/h. Y por si fuera poco, con motivo del 30 aniversario del modelo, BMW ha lanzado una serie limitada de 300 unidades con 600 CV, capaz de rebajar en 3 décimas la aceleración de 0 a 100 km/h. Sin duda, toda una leyenda que seguirá dando que hablar.