La DGT lleva tiempo lanzando algunos globos sondas en los que se contemplan algunos cambios y tendencias que esperan aplicar muy pronto. De momento no hay ningún tipo de modificación en el Reglamento General de Circulación, pero la publicación de un artículo en su revista digital deja bien a las claras cuáles son los 10 importantes cambios que la DGT quiere traer con la nueva normalidad.
La ciudad en el punto de mira
El artículo de la DGT, que puedes leer aquí, lista 10 puntos sobre los que esperan que verse la nueva movilidad, aprovechando algunos cambios de costumbres que ha podido traer la crisis sanitaria que estamos pasando y otros que ya se habían planteado hace tiempo.
Y, sin duda, el tráfico rodado en ciudad es uno de los objetivos en los que la DGT ha puesto el punto de mira. En primer lugar, uno de los planes más ambiciosos de Pere Navarro y del que ya ha avisado en repetidas ocasiones: reducción de la velocidad en la mayoría de calles. El director de la DGT no dudó en alabar a Madrid cuando el Ayuntamiento impuso un límite de 30 km/h en todas las calles de un carril por sentido. En este caso, la DGT pone el ejemplo de Pontevedra, donde esta medida se implantó ya hace 20 años, con resultados evidentes: nueve años seguidos sin víctimas de tráfico y el 80 por ciento de los niños entre 6 y 12 años caminan solos al colegio.
Otra de las intenciones de la DGT es que se amplíen el número de calles residenciales, donde el límite de velocidad es de 20 km/h, los peatones y ciclistas tienen prioridad, el tráfico está restringido a los residentes y apenas se permite el paso de vehículos para las labores de carga y descarga. Según el artículo, esto ayudaría a pacificar el tráfico.
En el mismo sentido, el organismo resume en otros tres puntos las tendencias que se han seguido durante los meses de confinamiento. Las limitaciones de movimientos han obligado a las ciudades a reordenar el tráfico, dar mayor presencia al peatón y reducir la velocidad de sus calles para protegerlos, al tiempo que el uso de la bicicleta se ha disparado, una ola que la DGT no quiere dejar pasar, pues más bicicletas consideran que es sinónimo de una vida más saludable y menores índices de contaminación.
Una nueva forma de moverse
Si las ciudades son el gran objetivo de la DGT, las nuevas formas de movilidad y la modernización de las que ya conocemos son clave para reducir emisiones, atascos y llevar una vida más saludable.
En este marco, el transporte público es clave, por lo que la DGT lo defiende pues la viabilidad del mismo depende del uso que le den los ciudadanos, que asustados por la pandemia han reducido sensiblemente sus trayectos en este medio de transporte. Si dichos usuarios no regresan a este sistema, lo normal es que gran parte de los viajes se trasladen a otros canales que pueden empeorar la circulación. Y para que los pasajeros no tengan miedo, la DGT aboga por aplanar las horas punta, flexibilizando la hora de entrada al trabajo y la presencia en el mismo, aprovechando el teletrabajo, lo que reduciría los atascos y las aglomeraciones en el transporte público.
Y para acompañar al transporte público, la DGT apuesta por los desplazamientos intermodales. Nunca hemos tenido tantas posibilidades y facilidades para movernos por las ciudades. Y todas al alcance de la mano con un teléfono móvil. Herramientas eficientes y poco contaminantes como servicios públicos y privados de bicicletas, patinetes o coches compartidos.
En cuanto a los vehículos utilizados, el organismo apuesta por una reconversión del parque automovilístico a vehículos más eficientes y menos contaminantes, primando la energía eléctrica sobre los motores movidos por combustibles fósiles.