El hidrógeno no es un recurso nuevo para Hyundai. El trabajo con él comenzó hace ya dos décadas, en 1998; en 2013 lanzó el Tucson Fuel Cell, el primer coche de producción en serie con pila de combustible y ahora renueva la apuesta con este nuevo Hyundai Nexo, el eléctrico del futuro, hoy. Ese anterior ix35/Tucson Fuel Cell dejó de comercializarse el año pasado. Sin embargo, aquel SUV de 136 CV y con autonomía para casi 600 km tiene en el Nexo hoy un fantástico sustituto. Y es que Hyundai no ha cejado en su decisión estratégica de seguir trabajando con el hidrógeno, una apuesta plasmada, más allá de en este Nexo, en el acuerdo con el grupo Volkswagen, para pilotar desarrollos conjuntos.
El Hyundai Nexo es un SUV eléctrico que «pasa» de los enchufes, aunque batería sí lleva: una bajo el maletero, de sólo 1,56 kWh, para surtir de energía al motor en lo que arranca a funcionar la pila y garantizar que trabaja a régimen constante con el mejor rendimiento. Junto al hidrógeno repostado, el otro elemento que requiere para producir electricidad su pila es el oxígeno que saca de un aire empujado por un compresor.
Hyundai Nexo: su aceleración
Su silbido, como el de un turbo, es lo que se oye cuando conducimos por áreas urbanas, donde el Hyundai Nexo llama ya tanto la atención como lo hará luego, cuando salgamos a carretera, la espontaneidad con la que empuja su motor. Porque sí, con tanto par como un buen Diesel de 2 litros, pero disponible de inmediato, difícilmente se echa de menos más fuerza. Un pisotón al acelerador y la incorporación a una vía rápida se resuelve suavemente y en un instante; mientras que, al activar el intermitente, descubrimos que la cámara adosada a cada retrovisor envía una imagen a la instrumentación: así es posible cambiar de carril sin girar la cabeza.
Esa pantalla de la instrumentación (7") tiene su continuidad en una enorme (12,3") y apaisada central en la que es posible ver información de todo tipo, hasta vídeos, aunque lo más valioso entre lo que ofrece es la minuciosa gestión de la energía.
Al volante, con levas para controlar la frenada regenerativa gracias a los cuatro niveles de retención, asombra la anchura de la consola central del nuevo Hyundai Nexo. Tiene un aire de sofisticación con esa estructura que sobrevuela el área en la que están los conectores de 12 voltios y USB o el cargador inalámbrico para el móvil. En ella no hay palanca para el cambio, sustituida por cuatro teclas; mientras que la mayoría de los pulsadores están destinados a la climatización. Hay botones para navegar en la pantalla central, elegir modos de conducción, etc.
Hyundai Nexo: en marcha
Una dirección de correcto tacto o un freno modulable también ponen las bases para disfrutar de la conducción del Hyundai Nexo, complementados con una** suspensión de calidad**. Es un buen rodador también por su aplomo y más cuando es tan silencioso que la pelea contra el aire apenas produce un rumor. Y tan bajo, que en el Nexo las conversaciones no requieren alzar la voz, incluso mientras nos movemos cerca de una velocidad máxima rápidamente alcanzada.
Por dentro, el Hyundai Nexo puede dar acogida a cinco ocupantes, con el central ni siquiera condicionado por una protuberancia en el suelo, aunque sí más amenazado que los de los laterales —y menos cómodo por mullido— por la prolongación de la consola central; en tanto que el maletero tiene una meritoria capacidad, más si tenemos en cuenta toda la parafernalia técnica que se aloja bajo su piso, éste situado a ras de su borde de carga.
El Hyundai Nexo, en 6 claves
Arquitectura a la carta. A diferencia de su antecesor, el Tucson, no es un modelo que ha sido adaptado para montar una pila de combustible, sino que se desarrolló desde su origen con ese propósito. Es una de las claves que le permiten presumir de ligero: 1.814 kilos son pocos para un SUV de 4,67 m —más largo que un Tucson, algo menos que un Santa Fe— y, además, eléctrico.
Amigo del aire. Su aerodinámica carrocería —el Cx 0,329— replica la del concept-car FE. Está repleta de recursos que hablan de la vocación por la eficiencia del Nexo: desde el afilado frontal, a las cortinas de aire en las ruedas o en el portón, manillas integradas en la carrocería que se despliegan cuando es necesario, llantas aerodinámicas, carenado inferior, etc.
Rendimiento récord. La pila de combustible tiene un rendimiento superior al 60 por ciento: los mejores motores de gasolina tienen alrededor de un 40 por ciento. La clave está en que no pierde energía ni por calor, ni con el movimiento: todos los procesos que se producen en ella son químicos. Y el rendimiento del motor eléctrico es cercano al 90 por ciento.
Solo agua y aire puro. El agua es la única emisión de la pila de combustible del Nexo. La pila de combustible reclama aire puro, de ahí que su filtro elimine las micropartículas del aire aspirado. Pero como no todo el aire aspirado puede ser necesario, se devuelve al exterior, ya limpio. Así, al paso de este Hyundai se consigue reducir la emisión de CO2 de otros coches.
Repostaje: 666 km en 5 minutos. En cinco minutos se reposta el H2 necesario para producir electricidad para 666 km -en ciclo WLTP-. Ese gas —52,2 litros por depósito, a una presión de 750 bares— se aloja en dos tanques situados transversalmente bajo los asientos traseros y un otro bajo el maletero. Son de aluminio, pero interiormente están recubierto con fibra de vidrio.
Dónde encuentro H2. Es el problema, la falta de hidrogeneras; pero en algunas áreas, está en fase de solución. Por ejemplo, contando las del centro y norte de Europa, ya hay 100 estaciones. Y serán 400 en 2023. El motor del cambio —los coches— existe; falta la infraestructura. Toca tomar decisiones para sumar más a las seis que hoy se encuentran en España.
Hyundai Nexo: su ficha técnica
Precio: 69.000 €
Autonomía: 666 km
Potencia: 163 CV
Etiqueta: 0 Emisiones
Transmisión: Tracción delantera, cambio automático monomarcha
Largo x ancho x alto: 4,67 x 1,83 x 1,63 metros
Peso: 1.814 kg
Maletero: 461 litros
Depósito combustible: 156,6 litros (6,33 kg)
Velocidad máxima: 177 km/h
Acel. 0-100 km/h: 9,2 litros
Consumo H2 medio: 0,95 kg/100 km
Emisiones CO2: 0 g/km