El estreno la semana pasada de Fernando Alonso en el Indianapolis Motor Speedway, en la “Rookie Orientation Practice” para la adaptación de pilotos novatos, dejó muchísimos titulares, imágenes y muchísimas conclusiones que analizar. La apuesta en la llegada del piloto español a la carrera norteamericana es firme por parte de todos.
En primer lugar, por parte de un Fernando Alonso que desde hace tiempo ha dejado claro su sueño de participar –y ganar– en otras carreras míticas del automovilismo mundial. Tras ser bicampeón del mundo de F1 y haber ganado el Gran Premio de Mónaco (también en dos ocasiones, 2006 y 2007), el asturiano tiene entre ceja y ceja las 24 Horas de Le Mans y las 500 Millas de Indianápolis. Para la primera estuvo a punto de subirse a un Porsche en 2015; Nico Hulkenberg ocupó su lugar y ganó. Para las 500 Millas de Indianápolis, su debut será el próximo 28 de mayo.
La segunda parte importante de esta aventura la forman McLaren y Honda, que le han asegurado un monoplaza del equipo Andretti para la carrera norteamericana. La llegada de Zak Brown como sustituto de Ron Dennis ha supuesto un soplo de aire fresco en la escudería: su perfil ha impulsado la llegada de Alonso a su país, Estados Unidos, no sólo para intentar contentar al asturiano por la escasa fiabilidad de su McLaren-Honda MCL32 en la Fórmula 1, sino también como una estrategia de marketing e imagen.
Y en tercer lugar, los norteamericanos han sabido aprovechar la jugada de McLaren, Honda y Alonso para empezar a sacar jugo de esta historia. Su estreno en el monoplaza naranja del Dallara DW12 número 29 del McLaren Honda Andretti Team fue emitido en directo por Internet, llegando a una audiencia de más de 2 millones de usuarios. Además, los organizadores ya han anunciado que está siendo la edición con más entradas vendidas hasta el momento en los últimos 20 años. El tirón de Alonso en Estados Unidos está siendo brutal.
“Dos pájaros de un tiro”: en el equipo Andretti, encantados
Fernando Alonso completó en el óvalo de Indianápolis un total de 110 vueltas, siendo la más rápida a una velocidad media de 222 millas por hora, unos 357 km/h. El asturiano dejó un gran sabor de boca a todos, a pesar de reconocer que aún le hace falta adaptación y que el coche “le conducía a él” todavía, y no al contrario. El dueño del equipo, Michael Andretti, dijo a la televisión norteamericana que todo había salido “perfecto”. Por su parte, el director de operaciones, Rob Edwads, reconoció que en el equipo están “profundamente impresionados” con la actitud y el rendimiento de Alonso: “tiene la intención total de ganar la carrera”, dijo a Motorsport.com.
“Dos pájaros de un tiro”: literalmente
El mayor incidente en las 110 vueltas que Fernando Alonso dio al volante de su monoplaza para las 500 Millas de Indianápolis fue el que podéis ver en el siguiente vídeo: dos pájaros volaron directamente al bólido y, en milésimas de segundo, se “diluyeron” en el aire. Fue una de las imágenes del día.
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