Hurtan T2: probamos y descubrimos la historia de un descapotable español con la base del Renault 4

Tomando como base la plataforma del Renault 4, la firma artesanal española Hurtan fabricó este descapotable T2 entre 1996 y 2003. Hemos tenido ocasión de rodar en un ejemplar y ha llegado el momento de comentar las impresiones recibidas a bordo de un modelo semi-desconocido, ¡pero muy interesante!

Motor Clásico

Hurtan T2, probamos y descubrimos la historia de un descapotable español con la base del Renault 4
Hurtan T2, probamos y descubrimos la historia de un descapotable español con la base del Renault 4

La empresa granadina Hurtan, fundada por el inquieto técnico Juan Hurtado, comenzó en 1996 a fabricar este modelo T2, que emplea el chasis-plataforma del Renault 4. Sobre dicha estructura, atornillaban la carrocería biplaza descapotable diseñada por el propio Juan Hurtado, cuyo estilo nos retrotrae unas seis décadas más atrás de su época de producción. La carrocería está elaborada con fibra de vidrio y el motor de 1.108 cc está tomado de una Renault F6 de última época, aunque con cambios en la admisión y en el colector de escape que aumentan la potencia máxima hasta 60 CV SAE a 5.500 rpm.

Procedentes de los populares Renault de tracción delantera fabricados a partir de 1981, los frenos delanteros son de disco, y dispone ya de una la caja de de cinco relaciones. En el caso de esta unidad, se aprovechó el chasis-plataforma de una furgoneta Renault F6 Acristalada, matriculada en Córdoba en julio de 1981 y que al fin de su vida útil prosiguió su existencia en este ejemplar.

Hurtan T2
Hurtan T2.

El Hurtan T2 es un descapotable español único

Matriculado en enero de 2001, su dueño actual es el vallisoletano José Manuel, quien llegó puntual a la cita en la villa de Portillo, cuya arquitectura medieval resultaba idónea para el reportaje fotográfico. Cuando contemplamos su frontal, quedan patentes unas suspensiones delanteras y una carrocería que apenas se elevan ocho centímetros del asfalto, así como sus neumáticos claramente más anchos que los del modelo de origen. Nada que ver el estilo del célebreutilitario de Renault con el de este roadster biplaza, en cuyo frontal destacan una calandra compuesta por once lamas verticales y los dos faros circulares ubicados en ambos lados junto a la parrilla. Posee asimismo unos faros antiniebla encima del parachoques metálico y los intermitentes van encastrados dentro de sendas aletas delanteras, en tanto que en la zona superior de dichas aletas se encuentran las luces de posición en forma de obús y una pareja de retrovisores.

A continuación, nos fijamos en su silueta lateral, en la que destacan por arriba el sólido parabrisas y la no menos robusta barra antivuelco. También sobresale la pintura bicolor, que remarca las formas onduladas que rodean a los pasos de rueda. Los dos capós delanteros de apertura lateral están afianzados por un cinturón de cuero, como en los Morgan, y detrás de los reposacabezas hay igualmente dos cinturones, esta vez encargados de sujetar el cubrecapota. Completan el conjunto las vistosas llantas de radios con palomilla central, tan características de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado en los autos de talante deportivo.     

Hurtan T2
Interior del Hurtan T2.

En la trasera lleva la rueda de repuesto, situada encima de la tapa de un maletero que tiene la capacidad suficiente para el equipaje de un fin de semana. Y de igual modo, resultan muy distinta de lo habitual la disposición de las luces de intermitencia, posición, pare y marcha atrás, ya que cada una de ellas va separada, al igual que la luz que ilumina la matrícula. Para terminar, en el lado derecho se encuentra la boca de llenado del depósito de gasolina y más abajo, en el lado izquierdo, las dos salidas de un escape cuyo sonido es claramente más grave y sonoro que en el motor Sierra convencional de la marca del rombo.

El espacio no abunda, pero es muy agradable a bordo

Antes de pasar al interior, aprovechamos el momento para abrir el capó izquierdo, que deja a la vista un vano motor bastante apretado, con una carcasa plana del filtro de aire para reducir su altura y el carburador situado debajo. Está cerca y muy a mano el depósito del líquido de frenos, mientras que junto al cortafuegos se divisan el servofreno y el depósito del líquido lavaparabrisas. Acto seguido, repetimos el mismo proceso con el capó derecho y quedan visibles la batería, el distribuidor de encendido y el alternador, además de los manquitos del circuito de refrigeración, la bobina y el tapón de rellenado del radiador.

Ya cerrados ambos capós, José Manuel se instala en el puesto de conducción y abro la portezuela derecha, que me obliga a introducir hasta el fondo el pie izquierdo, franquear como buenamente puedo con el pie derecho el acceso al piso y acomodarme sobre el asiento. El espacio interior no abunda, aunque resulta agradable la visión del interior, con un salpicadero de estilo clásico y cuya zona superior va revestida de un cuero que sigue en las puertas y rodea todo el habitáculo. En cuanto a la instrumentación que tiene delante el conductor, las esferas principales sobre fondo blanco están formadas por un velocímetro graduado hasta 160 km/h y un cuentavueltas, mientras que el cuentakilómetros señala la escasa cifra de 3.778 km. Completan el conjunto otros dos relojes más pequeños, que indican el nivel de gasolina en el depósito y la temperatura del líquido de refrigeración.

Hurtan T2
Hurtan T2.

A los mandos del Hurtan T2

Iniciamos la marcha junto al castillo de Portillo, después de que José Manuel pulse el botón de arranque y que salgan desde ambos tubos de escape las primeras explosiones. Dado que el motor ya estaba a su temperatura de servicio, comenzamos a rodar de inmediato en el entorno urbano, durante una mañana tranquila y sin apenas tráfico. Gracias al peso contenido de este modelo, el manejo en parado del volante de madera se realiza sin esfuerzo, por mucho que las cuatro vueltas entre sendos topes obligan a girarlo con decisión. En esa misma línea, ayudan lo suyo un diámetro de giro de sólo 9,4 metros, para un coche cuya longitud total es de 3,8 metros. El parabrisas protege con efectividad cuando salimos a una carretera local, donde también ayudan de modo considerable los derivabrisas instalados de serie en ambos lados. Gracias a ellos, rodamos a 70 placenteros km/h sin el incómodo efecto de las ráfagas de aire, en compañía de la luz deliciosa que nos rodea y la sonoridad obvia que llega desde las dos salidas traseras del escape. Entretanto, sobresalen la comodidad de los asientos tapizados en cuero y el confort de suspensión, debido a las barras de torsión que proceden del Renault 4 y que también consiguen un buen agarre sobre el asfalto. 

Continuamos el recorrido en una carretera comarcal y pese a la mayor velocidad el Hurtan mantenía su óptima protección frente al viento, en contraste con el aumento de estridencia procedente del escape. En ese tipo de vía, nuestro protagonista tomaba las curvas con su típico comportamiento subvirador, sin apenas inclinarse y fácil de corregir a base de un leve giro del volante.

Hurtan T2
Hurtan T2.

Asimismo, en las subidas se nota que la ligereza contribuye a perder menos velocidad, en tanto que en los descensos los frenos se portan de manera fenomenal y aguantan el esfuerzo sin padecer el menor síntoma de calentamiento. Además, la presencia de un servofreno en un auto tan liviano hace que baste un toque suave para que la deceleración sea inmediata.

Un clásico que invita a gozarlo en pareja y a cielo abierto

Nos adentramos después en la autovía y pronto circulamos a 120 km/h, velocidad a la que comienza a resultar molesta la ventolera que ejerce el aire contra los ocupantes, unida al sonido casi estruendoso que llega desde el escape. Ante semejante incomodidad, optamos por detenernos en el primer lugar posible y extender la capota. De nuevo en marcha, la situación mejora en lo que se refiere al aire y el ruido del escape, pese a que la pérdida en luminosidad interior nos confirma que viajar por una autovía dista mucho de ser el mejor modo de disfrutar a bordo de este coche. Sin duda, sus ambientes más gratos son las carreteras de segundo orden y las localidades poco pobladas, donde el Hurtan T2 saca a relucir su manejabilidad y el optimismo propiciado por la combinación de las caricias del viento en el rostro y la luminosidad reinante a nuestro alrededor.  

En definitiva, estamos ante un modelo que no es réplica de ningún otro, sino un proyecto concebido por Juan Hurtado para satisfacer su deseo de haber creado su propio automóvil. Un coche ligero y que invita a gozarlo en pareja y a cielo abierto, sobre todo en rutas de escaso tráfico y acompañadas de paisajes atractivos. En ese tipo de entornos, conducir este ejemplar se convierte en una experiencia ciertamente sabrosa, tanto por la facilidad con que se maneja como por el agrado de rodar a bordo de un vehículo en compañía del sol y de los roces agradables del aire en la cara.

Hurtan T2
Motor del Hurtan T2.

Ficha técnica Hurtan T2 (2000)

  • Cotización: 20.000 - 5.000 €
  • Motor: 4 cilindros en línea, bloque de fundición y culata de aleación, 5 apoyos de cigüeñal y refrigeración líquida.
  • Posición: delantera longitudinal.
  • Diámetro x carrera: 70 x 72 mm.
  • Cilindrada: 1.108 cc.
  • Compresión: 9,5:1.
  • Distribución: árbol de levas lateral, mandado por cadena.
  • Alimentación: carburador Zenith 32 IF-7 y bomba mecánica de gasolina.
  • Potencia: 60 CV SAE a 5.500 rpm.
  • Transmisión: A las ruedas delanteras.
  • Embrague: monodisco en seco.
  • Cambio: manual, de 5 relaciones.
  • Bastidor: Plataforma con largueros, atornillada a la carrocería.
  • Suspensión delantera: independiente, de brazos con trapecios transversales, amortiguadores hidráulicos telescópicos y barras de torsión.
  • Suspensión trasera: independiente, con brazos longitudinales tirados, amortiguadores hidráulicos telescópicos y barras de torsión.
  • Frenos: discos/ tambores, con servofreno.
  • Dirección: cremallera, con 4 vueltas de volante.
  • Ruedas: llantas de radios con palomilla central, en medida 5 x 13; y neumáticos 165/70 R 13.
  • Carrocería: Turismo convertible, obra de Hurtan (Juan Hurtado) y elaborada con fibra de vidrio.
  • Batalla: 2,57/2,52 metros.
  • Vías del./tras.: 1,34/1,29 metros.
  • Largo x ancho x alto: 3,77 x 1,55 x 1,22 metros.
  • Peso: 590 kg, en orden de marcha.
  • Depósito de combustible: 34 l.
  • Velocidad máxima: 140 km/h.
  • Aceleración 
0-1.000 m: 37,2 s.
  • Consumo medio: 7,3 l/100 km.
  • Época de producción: 1996-2003. 

  • Unidades fabricadas: 450.

 

Hurtan T2

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