Fernando Alonso correrá las 500 millas de Indianápolis por una valiente decisión suya, por las ganas que tiene de ganar y sobre todo porque quiere ser el mejor. “No se podrá decir que no soy valiente”, comentó el miércoles en el circuito Baréin donde de nuevo los resultados no le acompañaron, y la verdad que no le falta razón. Va a una carrera mítica, pero muy hostil y muy delicada. Como ejemplo, podemos decir que Felipe Massa reconoció que su familia, sobre todo su mujer, no le dejaría disputar. Correr las 500 Millas de Indianápolis no es una decisión que se toma y ya está, sino que fue algo mucho más estudiado y que se preparaba desde hace tiempo.
A finales de enero por la mente de Fernando Alonso pasaba una idea. Si las cosas no funcionaban como debieran y, si el coche no era mínimamente competitivo, como así está resultando, tenía que buscar la motivación de otra forma. Alonso es un ganador, y otro año de penuria, sin alicientes y de conformismo no iba con él. Consciente de que no puede ser el mejor en la Fórmula 1 por falta de un monoplaza y motor competitivos, se planteó el reto de la triple corona: Fórmula 1, 500 Millas de Indianápolis y las 24 Horas de Le Mans.
Plantear a su jefe Zak Brown esa posibilidad y convencerlo fue cosa de un mes, y todo ello sin haber puesto el McLaren MCL32 en pista aún. Fernando Alonso se dejaba una puerta abierta por si acaso. Después de ver cómo empezó la temporada, se activó el “modo Indy" conjuntamente con Zak, de esa forma buscaron juntos una motivación extra y la idónea era esa. El americano tiene un concepto del marketing muy claro, y a la vista de cómo fueron las cosas en el Gran Premio de Baréin, dieron en el clavo.
Alonso y McLaren, en "modo Indy"
En el de China todas las partes se terminaron de convencer de que había que hacer algo, y rápidamente se pusieron de acuerdo con Honda, que busca un revulsivo de imagen para paliar el fracaso de la Fórmula 1. Fernando vio una nueva motivación para el competidor que tiene dentro, y Zak Brown tiene los contactos necesarios. Viajes de ida y vuelta a Estados Unidos, papeleos, y en poco tiempo estaba todo en marcha. La filosofía americana es más simple que la europea. Se trata de simplificar todo al máximo buscando eficacia, y eso extrapolado a las carreras hizo que las cosas se aceleraran más aún.
Fernando en "modo Indy" ha recobrado la sonrisa y lo único que se va a resentir es la tarifa de teléfono, ya que ha establecido dos hilos directos: con Oriol Serviá y Juan Pablo Montoya. “Sorprende que tus rivales estén dispuestos a ayudar, pero hay otra filosofía allí”, comentaba Alonso, que se ha empapado hasta de la historia de la carrera americana, sabedor de que el trabajo con los medios en las carreras americanas es frenético y no quiere dejar nada al azar. McLaren también está en “modo Indy", y la marca enviará más de una decena de técnicos a USA para apoyar al equipo Andretti, que ya ganó el año pasado con un debutante como Rossi. El asalto a la triple corona del asturiano le coloca un escalón por encima de todos sus compañeros de la F1.
Nadie en la época moderna de la F1 se ha atrevido a marcarse ese reto y eso son las ganas de ser el mejor que tiene Fernando, y sobre todo de ganar. A esa triple corona hay que añadirle su participación en Le Mans en 2018. Ya quiso estar en Francia, y es que cuando fichó por McLaren avisó de sus intenciones y de su contrato con Porsche para Le Mans. En su primer año (2015) debía correr también en Le Mans, pero Ron sacó los casi 300 folios de su contrato y encontró la cláusula por la cual podía impedirlo. Porsche no es principal competidor de McLaren en la venta de coches de calle, pero ese argumento legal echó por tierra los planes de Fernando.
Hulkenberg ocupó el lugar de Fernando y ganó. Dos debutantes ganando en Indy y Le Mans, eso le dio aún más razones para iniciar el asalto a la triple corona. Seguro que Fernando hubiera querido disputar este año Indy y Le Mans.
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