Seat Ibiza Cupra TDI

En Seat se han dejado guiar por las emociones a la hora de diseñar el producto con más personalidad de la gama, dotado de un motor Diesel eficaz como pocos. Es potente, muy rápido y regala fuertes sensaciones: todo pasa por el corazón.

Seat Ibiza Cupra TDI
Seat Ibiza Cupra TDI

Es imposible hablar con frialdad del Ibiza Cupra, por lo que comenzaré por una escueta declaración de intenciones: ante este coche, la imparcialidad queda a un lado. En mi descargo diré que mi primera intención fue no dejarme impresionar por su aspecto de “tipo duro" y fijarme en el comportamiento de su alabada mecánica; aunque, eso sí, la buena actuación del Ibiza TDI 130/FR todavía rondaba por mi cabeza y era una excelente tarjeta de presentación para el motor Diesel del Cupra.Hace falta poco tiempo para darse cuenta de las diferencias entre ambas versiones. El “Fórmula Rácing" cuenta con un diseño llamativo, un motor potente y unas suspensiones muy efectivas: es divertido y hará las delicias de cualquier amante de la deportividad. Pero es sólo el primer escalón; el Cupra va más allá y nos acerca a la experiencia de saborear, casi, un “carreras cliente". El sonido de su motor no deja lugar a dudas: es una mecánica Diesel. Aquí terminan las similitudes con cualquier propulsor turbo de 1.900 cm3 que haya probado hasta ahora, ya que ofrece la nada despreciable cantidad de 160 CV. Seat anuncia con orgullo que se trata del motor de gasóleo más potente y deportivo de la historia de la marca y su comportamiento lo corrobora.Más vale arrancar con suavidad, ya que un par de 33,6 mkg provocará que las ruedas delanteras pierdan tracción –a pesar de contar con el correspondiente dispositivo de control- si pisamos el acelerador un poco más de lo debido. La potencia aparece en el mismo momento en el que la demandamos, poniendo bajo el pie derecho una caballería que surge de golpe y ya no desfallece en todo el recorrido del cuentavueltas. Resulta hipnótico ver la pasmosa facilidad con la que sube la aguja: incluso en la marcha más larga (la firma ha incluido en el Cupra la sexta relación que también está presente en el TDI FR ) podemos dejar que el motor desfallezca y volver a pedir potencia; nuestros deseos se cumplirán al instante.Llegados a este punto, ya he alcanzado dos conclusiones. Primera: con el Cupra TDI se puede rodar deprisa, muy deprisa. Segunda: el motor tiene más potencia que la declarada por la marca –resulta fácil suponerlo, teniendo en cuenta que es una característica común a los propulsores TDI del grupo Volkswagen-. La curiosidad me puede y le echo un rápido vistazo a los datos de nuestro Centro Técnico (por una vez, me he acordado de cogerlos y dejarlos en el coche): el banco de rodillos desvela 186 CV, mientras que el par máximo, que aparece a las 2.540 vueltas, es de 40,5 mkg. De ahí esa sensación de “arrugar el asfalto" cada vez que arrancamos.