Diez preguntas que debes hacer antes de adquirir un coche usado

En una situación de crisis económica como la actual, en la que la venta de coches de segunda mano ha subido, y coincidiendo con la celebración en Madrid de la 15ª edición del Salón del Vehículo de Ocasión (del 3 al 12 de junio en el recinto del IFEMA), te orientamos sobre lo fundamental que debes preguntar para que en la compra de un coche usado, lo barato no te salga caro.

Segunda mano, sin problemas
Segunda mano, sin problemas

Lo primero que debes tener claro es qué tipo de vehículo necesitas, con qué características, en qué estado y qué cantidad estás dispuesto a pagar por él. Una vez definidas estas consideraciones previas, puedes optar por comprar el coche a un particular o a un concesionario, pero independientemente de quien sea el vendedor, las preguntas obligadas van a ser prácticamente las mismas.

1. ¿Cuántos años y cuántos kilómetros tiene el coche?
El mejor momento para comprar un coche es cuando este tiene entre dos y cinco años, ya que aún no tendrá un kilometraje excesivo y su estado general será aceptable. En cuanto a los kilómetros, la media anual que suele realizar un vehículo se sitúa entre los 15.000 y los 20.000. Con estos datos, puedes hacerte una idea más o menos ajustada de si la cifra del marcador es demasiado alta o sospechosamente baja.
Si optas por realizar la compra en un concesionario, debes saber que, además de los coches de segunda mano, existen otras opciones:
- Coche seminuevo: casi siempre proceden de flotas de renting, de empresas, de alquiler, etc. Esas compañías los sustituyen con menos de dos años, por lo que suelen tener pocos kilómetros.
- Coche de alta gama: son los modelos más lujosos y potentes de las distintas marcas. Su procedencia en el mercado de segunda mano suele ser la importación y flotas nacionales y particulares.
- Kilómetro 0:el concesionario, por diversas razones, ha matriculado estos vehículos antes de sacarlos a la venta y su kilometraje es muy reducido.
- Coche ejecutivo: han sido utilizados por vendedores o directivos de concesionarios, o por ejecutivos de cualquier empresa. Suelen tener muy poco tiempo y pueden estar incluidos bajo la denominación de "seminuevos" o "alta gama".

2. ¿En qué estado general se encuentra?
Esta es, sin duda, una de las preguntas más importantes que debes hacer, porque el buen estado de un vehículo engloba muchos factores: la chapa y pintura, los neumáticos, el funcionamiento de la mecánica, los elementos eléctricos y el interior, entre otros.
El aspecto exterior es más sencillo de evaluar, pero no descuides revisar cuidadosamente el estado de la chapa, comprobando que no tenga abolladuras ni esté oxidada; de la pintura, prestando atención no sólo a las posibles ralladuras, sino a si tiene escamas, cuarteados o si el tono es distinto al original. En cuanto a los neumáticos, la banda de rodadura no debe estar desgastada en exceso -ha de tener una profundidad superior a 1,6 mm- y la goma no tiene que presentar cortes o deformaciones.
De los elementos eléctricos debes comprobar que todas la luces funcionan correctamente, así como la ventilación, el aire acondicionado, la luneta térmica, los elevalunas, etc,
Echa un vistazo al interior y examina el estado de la tapicería, los plásticos, los recubrimientos… El volante, la palanca de cambios y el embrague son elementos que pueden ayudarte a saber el uso que ha tenido el coche.
En cuanto al funcionamiento de la mecánica, es importante saber si el vehículo ha sido guardado habitualmente en garaje o ha "dormido" a la intemperie. Lógicamente, el estado del coche no será mismo si ha tenido que soportar las bajas temperaturas y las heladas del invierno y el calor del verano. Pero para estar más seguro de que todo funciona correctamente, te aconsejamos que, a no ser que seas un experto, acudas con una persona que tenga conocimientos en la materia para que se encargue de chequear todo lo relacionado con la mecánica.

3. ¿Ha sufrido algún accidente o avería de importancia?
A veces, un simple vistazo a la carrocería del coche nos puede decir si ésta ha sido reparada como consecuencia de un accidente, pero a veces esos signos no son perceptibles a simple vista, y, sobre todo cuando la avería ha sido de origen interno, es casi imposible detectarla. Por ello, debemos preguntar al vendedor, -muy educadamente y con mucho tacto, eso sí, para que no se moleste- si el coche ha tenido algún problema grave que debamos tener en cuenta. Por supuesto, existe la posibilidad de que nos mienta, pero si más adelante descubrimos que sí existió una avería importante y decidimos reclamar, el vendedor no podrá escudarse en que no preguntamos.

4. ¿Qué tipo de recorridos ha hecho?
Nos interesa saber si los desplazamientos habituales del vehículo han sido cortos o largos, si se han realizado mayoritariamente por carretera o por ciudad y si el vehículo ha estado metido en atascos con mucha frecuencia. En los recorridos cortos o por ciudad hacemos trabajar más al motor y, consecuentemente, puede deteriorarse con más rapidez. Pero también sufren los frenos, el cambio, el motor de arranque y los neumáticos, entre otros.

5. ¿Puedo probarlo?
Pregunta si puedes probarlo y en el caso de que el vendedor sea el propietario, deja que lo lleve él primero; así podrás hacerte una idea del tipo de conducción que ha tenido el coche: si exige mucho al motor, si efectúa los cambios con rapidez y si, con su conducción, intenta disimular problemas del vehículo. Después, siéntate al volante y haz un pequeño recorrido para tener tus propias sensaciones.

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